Las protestas que se realizan en diversas regiones del Perú desde diciembre tienen un impacto económico en diversas industrias. La llegada de miles de manifestantes a Lima, sumados a los colectivos de la capital que se plegaron a la marcha, hicieron que el 19 de enero sea un día de pérdidas para el sector de hoteles y restaurantes.
Aproximadamente 1,300 negocios del rubro, ubicados en los alrededores de la Plaza Mayor, la Plaza San Martín, la Iglesia San Francisco, el Jirón de la Unión y otros, ya habían sido afectados directamente, por un flujo de visitantes un 20% menor, según reportó la Confederación Nacional de Comerciantes (Conaco) el día anterior a las últimas manifestaciones.
César Montoya, socio de Mi Tercer Lugar, restobar con 17 locales en la capital, sostiene que las ventas en el establecimiento del Centro de Lima han caído en un 80% desde hace una semana. Este punto ha sido el más afectado, en el que ayer, por ejemplo, tuvieron que cerrar por la violencia de las manifestaciones en el Centro Histórico.
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“En Miraflores, donde tenemos otro local, hemos tenido que cerrar temprano los últimos tres días. Las ventas allí han bajado en un 40%”, cuenta a Gestión.
Según la Cámara de Comercio de Miraflores, así como este, hay un total de 10,000 negocios licenciados entre hoteles, restaurantes, tiendas por departamento y colegios profesionales en el distrito, uno de los puntos a los que también llegaron las manifestaciones del 19 de enero. Además, el distrito concentra el 50% de los hoteles de Lima.
“Nos ha perjudicado mucho. Por precaución, todos los negocios cerraron a las 6:30 pm, especialmente los ubicados en la zona de Diagonal, Parque Kennedy, avenida Arequipa y avenida Larco”, dice Javier Hundskopf, presidente de la Cámara de Comercio de Miraflores.
De acuerdo al directivo, Miraflores tiene transacciones comerciales diarias que oscilan entre US$3 millones y US$4 millones, siendo el centro comercial Larcomar el que aporta US$1 millón al monto total. Si hablamos de los fines de semana, las transacciones comerciales pueden llegar hasta los US$5 millones.
“Todos nos hemos preparado para evitar el daño a nuestros negocios, pero eso no evita que tengamos que cerrar y probablemente vamos a tener que seguir haciéndolo si las protestas siguen”, se lamenta Hundskopf.
El turismo, el otro afectado
La imagen que proyecta el Perú a nivel internacional se ha visto deteriorada desde que comenzó la violencia hace varias semanas. Por ello, muchos gobiernos de Europa, Norteamérica e incluso de la región han pedido a sus ciudadanos no viajar a nuestro país.
“Antes de la pandemia, recibíamos aproximadamente 4.4 millones de turistas extranjeros. Antes de las protestas, nos encontrábamos al 45% de llegadas internacionales”, dice Sergio Rivas, vicepresidente de la Asociación Peruana de Hoteles, Restaurantes y Afines (Ahora Perú).
Rivas sostiene que el sector turismo no ha podido recuperarse tras la pandemia, a diferencia de otros países de la región. El inicio de las protestas no ha hecho más que empeorar la situación de los trabajadores que dependen del turismo. El directivo calcula que alrededor de 1.5 millones de empleos directos se generan gracias a los visitantes extranjeros y un total de 2 millones de empleos indirectos.
Sin embargo, las cancelaciones de reservas de hoteles se vienen arrastrando desde diciembre y han empezado a hacerse también para enero, febrero y marzo, según Rivas. “Si sigue así, podría llegar a tener un impacto de US$1,000 millones o más”, estima el vicepresidente de Ahora Perú.
Y es que, según cálculos de Ahora, el turismo movía antes de la pandemia alrededor de US$11,000 millones al año. De ese total, US$5,000 millones provenía del turismo extranjero y el resto del turista interno.
“El viajero local también se ve afectado porque no puede y no quiere viajar en este momento. La situación es sumamente grave”, indica Rivas, quien dice además que los primeros tres meses del año es temporada baja, pero que estas manifestaciones han “matado” la poca actividad turística que se esperaba.