Glencore Plc se encuentra entre las empresas que han expresado interés en desarrollar una nueva fundición de cobre en Chile, a medida que el país busca reducir su dependencia del procesamiento asiático, dijeron personas informadas sobre el asunto.
La participación del gigante suizo de productos básicos en un posible proyecto público-privado en el norte de Chile aumentaría su acceso a un metal que se prevé escaseará en los próximos años con la transición a la energía limpia, dijeron las personas. Las personas pidieron no ser identificadas dado que las discusiones se encuentran en una etapa inicial y no hay garantías de que continuarán.
Glencore, que ya posee una fundición en Chile, declinó hacer comentarios. Al igual que el proveedor estatal de cobre Codelco. El Ministerio de Minería chileno no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Fortalecer la capacidad de fundición es prioridad para el Gobierno de izquierda del presidente Gabriel Boric, que también busca capturar más valor al convertir el litio en productos químicos para baterías.
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Si bien la Administración aún no ha anunciado un modelo para la nueva fundición, las opciones incluyen una empresa conjunta con una empresa privada o una concesión como formas de aliviar la carga financiera del Estado. La participación público-privada ha sido el modelo elegido por la industria del litio.
Desde el punto de vista comercial, construir una nueva fundición de cobre tiene poco sentido en este momento. La abundancia de capacidad de fundición china y una serie de interrupciones en las minas han provocado un colapso en las tarifas por procesamiento.
Pero hay factores geopolíticos y de sostenibilidad en juego. Para Chile, una fundición de nueva generación en la región de Antofagasta sería más limpia que las plantas existentes.
El aumento de la capacidad local también reduciría los residuos de la exportación de concentrados que solo contienen un 30% de metal, además de mejorar la trazabilidad. Más de la mitad del cobre chileno se envía en forma semiprocesada, y la última fundición se construyó hace tres décadas.
Al mismo tiempo, Estados Unidos busca aumentar su presencia en las cadenas de suministro de baterías y obtener más materiales de países con los que tiene acuerdos de libre comercio, como Chile. La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, estuvo en el país sudamericano la semana pasada, elogiando a un aliado cuyos minerales críticos son clave para dejar de depender de China.
Una propuesta gubernamental publicada el año pasado identificaba el papel protagonista del Estado —propietario de cuatro de las seis fundiciones existentes en Chile— en el desarrollo de nueva capacidad a través de las empresas estatales Codelco y Enami. Pero el documento también destaca el inconveniente de que el Estado asuma una nueva fundición por su cuenta, lo que abre la puerta a la participación del sector privado.
A principios del año pasado, Codelco firmó un acuerdo con la principal fundición de Europa, Aurubis AG, para estudiar posibles áreas de colaboración en Chile.
Recientemente, Enami detuvo su fundición, antes de una importante mejora. Esto se produjo tras la decisión de Codelco de cerrar una de sus fundiciones por motivos medioambientales. Codelco también tiene una participación minoritaria en la fundición Chagres de Anglo American Plc en Chile.
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