Española Calconut abrirá la primera tienda de su marca Nut&me en Perú

La tienda –que se ubicará en el centro comercial La Rambla en el distrito limeño de Breña- estará lista a fines de setiembre próximo y demandará una inversión aproximada de US$ 500,000, señala su director, Héctor Serrano.

“La tienda tendrá un componente tecnológico muy importante y de experiencia, lo cual no es habitual ya que los visitantes podrán pasar por un control de su estado anímico, disfrutar de la zona de juegos para niños y de las proyecciones en video de recetas y de eventos relacionados con el mundo de la nutrición, la pastelería y lo saludable. Buscamos fidelizar a los clientes, y que la tienda sea un punto de referencia para canalizar más ventas online”, precisa.

Proyecta que alcanzarán el millón de dólares de facturación, entre el canal virtual y físico de Nut&me, al tercer año de operaciones. Para ello, trabajan en un plan para ampliar su cobertura más allá de Lima. En el 2022 esperan abarcar más zonas en Lima y, dependiendo del desempeño, llegar también a provincias.

“Según las visitas online que recibimos hemos detectado que, después de Lima, el mercado que más interés despierta es Arequipa por lo que esta sería la puerta de entrada a provincias”, sostiene.

Negocio de distribución

En cuanto a Calconut, Serrano detalla que, además de España y Perú, está presente en Alemania, Inglaterra, Francia y Brasil, atendiendo como mayorista a transnacionales y empresas locales de cada mercado.

Cabe destacar que, la facturación de la firma europea alcanzó en el 2020 los US$ 200 millones; de los cuales el mercado peruano canalizó US$ 1.5 millones, lo que deja entrever el potencial que aún existe.

Para este año, pese a la coyuntura de incertidumbre política, la proyección es crecer a un ritmo entre 15% y 20% (alcanzando ventas por US$ 1.8 millones). Considera que tras añadir a la operación el negocio de Nut&me podrán dar un salto entre 30% y 40%, ritmo que se vería reflejado en mayor medida en el 2022.

“El sector de alimentación es el más defensivo ante cualquier tipo de crisis, porque lo último que dejamos de hacer es comprar comida; pero los productos que tienen un precio más alto y que son menos imprescindibles en la canasta de compra (como pistachos o pecanas) pueden resentirse; mientras que productos de menor precio como el maní son los que suelen fortalecerse. En nuestro caso aún no sentimos una desaceleración porque somos pequeños”, enfatiza.