“Cada vez son más las personas que abandonan sus dietas omnívoras para sumarse a hábitos más relacionados con una alimentación vegana o vegetariana”, sostiene Gabriela Mucha, presidenta de la Unión Vegetariana del Perú, cuya organización se creó para reducir la explotación animal y promover los productos elaborados a partir de plantas en el país.
Se trata de un punto de vista que coincide con el del director senior de Trends de Ipsos Perú, Javier Álvarez, quien indica que si bien, de acuerdo a una medición de la encuestadora del 2019, solo un 1% de limeños aseguraba ser vegano o vegetariano, “si hacemos la misma encuesta hoy, podría salir un punto porcentual más de lo que hay. Es un mercado de nicho que puede haber crecido”.
Sin embargo, la evolución de este sector parece dar para más. En el 2021, la Unión Vegetariana realizó la “Primera encuesta nacional sobre dietas a base de plantas en el Perú”, que ofreció una referencia de la población que se inclina por estas tendencias.
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“De una muestra de 4,090 participantes de áreas urbanas, entre 18 y 65 años, obtuvimos que 9.1% es representado por personas con dietas vegetarianas y un 4% son veganos; los demás mantienen una dieta omnívora”, explica.
Pero, los resultados no son aislados. Pese a que los veganos todavía figuran en la cola de la tabla, precisamente los consumidores de este sector, según Mucha, –incluso por encima de los vegetarianos– son los más interesados en adquirir productos que tengan el respectivo aval vegetal.
De este modo, el requerimiento está recayendo en las empresas fabricantes de este tipo de alimentos, que están viendo con prioridad que sus productos cuenten con estos sellos, pues dependiendo de los destinos y requerimientos, también contribuyen en gran medida para su búsqueda de clientes.
“Hoy, no es suficiente con que un producto diga que es 100% vegetal en la etiqueta. El consumidor busca compras más confiables”, reitera la representante.
Mucha sostiene que las empresas productoras de análogos de productos lácteos, helados, postres instantáneos, snacks saludables, insumos para la industria cosmética, bebidas vegetales, gomas en polvo que son usados en la industria de alimentos y cosmética; entre otras, son las que más buscan este tipo de sellos.
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Por su parte, Raí Flores, fundador de la tienda virtual de Detodovegano, indica que efectivamente hay productos que ya cuentan con un sello internacional que los certifica como veganos, pero son, sobre todo, los importados de Estados Unidos o Canadá. La oferta de las empresas nacionales en su mayoría todavía no cuenta con este distintivo, toda vez que muchas son mypes que están en pleno desarrollo.
“Si bien puede suceder que hay productos locales sin el sello, el público vegano sí debe tener la confianza de estar en un sitio 100% vegano”, refiere el empresario, quien tiene una oferta de aproximadamente 1,000 productos en su minimarket online.
Adicionalmente, Flores afirma que firmas locales trabajan constantemente en diversificar su cartera de productos, incluso con precios más accesibles que la oferta importada y mejorando, además, su producción y canales de venta. “Hay productos veganos que tienen un sabor y una textura similar a la carne; por ejemplo, sucede con las hamburguesas elaboradas a partir de plantas”, detalla.
Entre los productos más demandados para Detodovegano, se encuentran las hamburguesas tipo pollo, salchichas y chorizos veganos, nuggets y krispis. Y quienes más adquieren su oferta vegana son en un 60% las mujeres entre 25 y 35 años. El ticket de compra, por otro lado, es de entre S/ 100 y S/ 150 y la frecuencia, en promedio, es de dos veces por mes.
“En los últimos dos años, el negocio habrá crecido en un 80% aproximadamente. Tengamos en cuenta que quien es vegano no siempre lo hace por un tema de salud, sino sobre todo por real consciencia de cuidado a los animales”, considera el empresario.
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Sello V-Label
Por el momento, la Unión Vegetariana tiene la licencia para certificar en el Perú los productos veganos y vegetarianos, por medio del sello internacional V-Label, aunque destaca que la mayor demanda proviene precisamente de la producción vegana.
“En el 2022 tuvimos cerca de 50 requerimientos para certificación vegana, el doble del 2021. Las solicitudes vegetarianas son mínimas”, añade Mucha, quien precisa que la certificación es por producto y no por empresa.
Asimismo, reconoce que a pesar de que este sello no es un requerimiento en nuestro país, en algunos sitios del exterior sí es un pedido de los compradores. “Muchas empresas nos han contactado porque tienen esta solicitud del cliente del extranjero para recién comprarles”, agrega.
La emisión de este sello demora entre uno o dos meses, sujeta a la complejidad del alimento, dado que se tiene que realizar revisiones documentarias y verificación del registro sanitario y del lugar de producción con implementación de buenas prácticas, a fin de salvaguardar la inocuidad del producto.
En tanto, el valor de la certificación varía según el tamaño de la empresa y el número de productos. “Por ejemplo, hasta 10 productos, el promedio para una micro empresa es de alrededor de S/ 1,600, mientras que para una grande aproximadamente S/ 5,600″, anota Mucha.
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