La crisis política y social ha afectado a muchos negocios a nivel local, pero también aquellos que venden sus productos al exterior, como es el caso de la industria textil y confecciones.
La Asociación de Exportadores (Adex) alertó a Gestión que, si bien la crisis interna todavía no afecta a la decisión de compra de la marcas, puede llevar más adelante a una disminución en las negociaciones.
De acuerdo con Juan José Córdova, presidente del Comité de Confecciones de Adex, hasta el momento, las manifestaciones no esta afectando directamente a las fábricas y almacenes de textil, ya que no se encuentran en las zonas afectadas por el cierre de carreteras.
Sin embargo, indicó que lo que está haciendo indirectamente por la incertidumbre que cada vez está creciendo por parte de las marcas internacionales. “Hay un malestar por parte de nuestros clientes”, indicó Juan José.
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Por su parte, César Tello, vicepresidente de Adex, mencionó otro factor, que viene del exterior, que está influyendo en las compras futuras de prendas peruanas por parte de las marcas internacionales.
“Hay una desaceleración global en las ventas de confecciones al exterior. Por ejemplo, nuestro principal comprador, que es EE.UU., y hasta el mes de agosto y setiembre del 2022 compraba muchísimo. Luego en los meses siguientes ha comprado bastante menos”, señaló.
Detalló que las cifras a junio mostraron un crecimiento de 41% en las exportaciones, mientras que a fines de noviembre hubo una reducción, pues se mostró un crecimiento de solo el 29%. Según Tello, “está desaceleración no solo es con Perú sino con todo el mundo”.
En ese sentido, considera probable que se mantenga esa tendencia a la baja para este 2023, ya que las marcas, principalmente de Estados Unidos, están comprando cada vez menos.
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El vicepresidente de Adex comentó además que la desaceleración global en las ventas de prendas al exterior se produjo principalmente por la inflación mundial, los problemas de recesión y un sobre stock de las principales marcas, lo cual genera una reducción de sus órdenes futuras.
“Si sigue esa tendencia para este año, que parece que va a seguir, el año 2023 no va ser tan auspicioso como en 2022″, indicó Tello, asegurando que el año pasado, pese a que no se mostraron los mejores números en cuanto a volúmenes de prendas, fue el mejor en volúmenes de venta.
“Al mes de noviembre del año 2022, hubo una exportación total de US$1280 millones, que es 29% más de lo que se hizo en el mismo periodo del 2021″, indicó.
Y esto se explica principalmente por el alza de precio del algodón. En 2022, este “commodity” subió generando un crecimiento en el costo final de las prendas peruanas. En cambio, si se analiza por volúmenes de prendas vendidas, se observa una ligero aumento, pues se exportaron 29,000 toneladas en 2022, frente a 26,000 toneladas del año anterior; es decir, solo hubo un incremento del 9.8%.
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La falta de mayor competitividad en el sector
En otro momento, el presidente del Comité de Adex, comentó que actualmente nuestro país no tiene una política de Estado que incentive y de mayor competitividad al sector textil exportador.
Y es que, en países de Asia y Centroamérica, las empresas de confección cuentan con beneficios tributarios y laborales para mejorar su competitividad. Pero, ¿cuáles son esos beneficios? y ¿por qué no se implementan?
César Tello, vicepresidente de Adex, refiere que los países con los que actualmente competimos activamente en la exportación de confecciones tiene, como lo señala Cesar, beneficios tributarios que, por ejemplo, se aplica en territorios declarados libres de impuestos; a eso se le conoce como “zonas francas”.
“Las empresas que se localizan en esas zonas francas tienen un escudo fiscal, pues no pagan impuesto a la renta por cierto tiempo o de manera permanente”, agregó. .
En cuánto a los beneficios laborales -por parte de la empresa-, mencionó que el bajo costo de la mano de obra en países exportadores promueve una mayor productividad de las empresas, ya que tienen una menor carga laboral, eso les permite transformarse y producir a menor costo y tiempo posible.
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No obstante, explicó que aplicar estos beneficios a la realidad peruana es casi inviable, ya que, por el lado tributario, en Perú hay pocas zonas francas fuera de Lima, “solo tenemos 2, Paita (Piura) y Tacna”. Aseguró que, en otros países, sin ir tan lejos, como Colombia, tiene muchas zonas francas, incluso cerca a sus grandes ciudades.
A ello, se le suma también la mano de obra. Y es que en nuestro país hay una carga laboral muy alta respecto a otros países. “En otros países no hay la carga laboral que el Perú tiene en cuanto a gratificaciones, vacaciones, cts, descanso pagados, y todo lo demás; es decir, ningún país con los cuales competimos tiene 30 días de vacaciones”, indicó el vicepresidente de Adex.
Agregó que, por ejemplo en China, el segundo mayor exportador de prendas de vestir, hay obligaciones y derechos laborales que no son tan altos como en Perú. “No solo eso, el sueldo de los empleados en India, dentro de la industria, es la cuarta parte de lo que es aquí”.
En ese sentido, la abundancia de las zonas francas y el bajo costo de la mano de obra en países asiáticos y latinoamericanos nos pone en desventaja y no permite una mayor competitividad de nuestro sector textil exportador.
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Slow fashion: una nueva tendencia por prendas sostenibles
Por otro lado, Adex también nos comentó de las nuevas tendencias que persiguen las marcas internacionales dentro del mercado de confecciones.
Actualmente, en oposición a lo que se conoce como “fast fashion” o “moda rápida”, una tendencia muy conocida que suelen acaparar las grandes cadenas de ropa minorista, en las que, por lo general, se venden muy baratas las prendas, “ha aparecido una nueva tendencia llamada “slow fashion”, que trata sobre la preferencia a prendas duraderas, sostenibles y responsable con el medio ambiente”.
Para suerte de los exportadores peruanos, estas prendas utilizan material orgánico, como es el algodón pima que produce nuestro país. “Usan una materia prima mucho mejor, es decir, de calidad, como es el algodón pima, el pima orgánico o el algodón tangüis orgánico”, explicó Tello.
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Añadió, que una prenda hecha con algodón ecológico es más cara que otro material usado en la confección de ropa. Además, resaltó que esta tendencia por prendas duraderas se ha estado viendo en un inicio en las ropas de bebes, pero ahora se ve en prendas para los más grandes. “Los adultos también quieren tener prendas hechas con hilados y fibras ecológicas, entonces esa es la gran ventaja que tenemos actualmente”.
Según Adex, esa es la carrera que están jugando las grandes marcas de ropa que no tienen el negocio del fast fashion.
Datos
Según Adex, las prendas con característica sostenible representan más del 20% de la oferta exportable
Los trabajos de exportaciones no tradicionales, que incluye la industria textil, son 100% formales; asimismo, emplea mayoritariamente a jóvenes y mujeres.
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