El director financiero de Grupo Aeroméxico SAB, la aerolínea más grande de México en términos de valor de mercado, dice que la compañía resistirá una pandemia que agotó la demanda de pasajeros y llevó los bonos de la empresa a niveles de estrés, incluso sin la red de seguridad de un posible paquete de ayuda gubernamental.
Los bonos de Aeroméxico con vencimiento en el 2025 ahora devengan solo 31 centavos por dólar dado que la pandemia de coronavirus y las resultantes restricciones de viaje borraron casi por completo la demanda mundial de vuelos de pasajeros.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, insiste en que no va a rescatar a grandes compañías y los US$ 400 millones en bonos, vendidos justo cuando el virus estalló en enero, son aquellos con el peor desempeño en América Latina, después de los de la aerolínea colombiana Avianca Holdings SA —que acaba de salir de su propia reestructuración.
Sin embargo, el director financiero, Ricardo Sánchez Baker, dice que confía en que Aeroméxico puede mantenerse al día con sus obligaciones. Las negociaciones con proveedores y trabajadores han reducido los costos fijos mensuales, incluidos los pagos de la deuda, a la mitad a aproximadamente, es decir US$ 50 millones, y la compañía tiene US$ 560 millones en efectivo, dijo.
“Realmente el bono en sí no representa para nosotros, como estamos ahorita, ningún tema de presión”, dijo en una entrevista telefónica el lunes. “Nosotros no tenemos ninguna intención de buscar una especie de restructura o algo”.
Los analistas dicen que, dado que AMLO, como se le conoce al presidente de México, se sigue mostrando inflexible ante el rescate, las perspectivas de Aeroméxico son sombrías por su clasificación a nivel de basura.
Su principal accionista, Delta Air Lines, fue rebajado a nivel de basura la semana pasada por Fitch tras reducir la capacidad en 70% y se encuentra entre las aerolíneas estadounidenses que lograron un pacto preliminar con el Departamento del Tesoro para acceder a miles de millones de dólares en ayuda. Un portavoz de Delta declinó hacer comentarios sobre Aeroméxico.
“Las principales aerolíneas van a necesitar el apoyo del Gobierno, lo que Estados Unidos ya ha hecho”, dijo Roger Horn, estratega senior de SMBC Nikko Securities America en Nueva York. “Pero AMLO parece reacio a ayudar a las empresas”.
Un portavoz del Gobierno mexicano no respondió a una solicitud de comentarios sobre un posible paquete de ayuda para Aeroméxico.
Competencia local
Los ingresos de las aerolíneas globales podrían reducirse en US$ 250,000 millones este año, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo. Sin apoyo, la mayoría de los operadores se declararán en quiebra a fines de mayo, dijo el Centro CAPA para la Aviación, un proveedor de datos de la industria.
Aeroméxico redujo su pronóstico de crecimiento de capacidad el año pasado debido al debilitamiento de la economía nacional. También inmovilizó seis aviones Boeing 737 Max en marzo del 2019 después de los accidentes de Lion Air y Ethiopian Airlines.
También se enfrenta a un mercado local abarrotado. La principal rival de Aeroméxico, Controladora Vuela Cía de Aviación SAB, conocida como Volaris, voló más pasajeros en 2019 por primera vez. El tráfico de pasajeros de Aeroméxico cayó más de 40% en marzo. Estacionó 80 aviones, dos tercios de su flota, y estableció un programa voluntario de licencia no remunerada para sus más de 16.000 trabajadores. Su comité ejecutivo donó 50% de sus salarios a la empresa.
Moody’s Investors Service rebajó la calificación crediticia de Aeroméxico a nivel de basura el 17 de marzo, diciendo que los ingresos probablemente caerán una quinta parte este año. Esa sería la mayor caída anual, al menos desde cuando Bloomberg comenzó a rastrear los datos en el 2008.
En Ciudad de México, el director financiero Baker dice que la compañía se centra en apuntalar el negocio para resistir la pandemia. Al mismo tiempo, comentó, también está en contacto con el gobierno.
“Por supuesto, cualquier apoyo sería bienvenido”, dijo.