ARCHIVO - Un cliente paga verduras en el mercado Maravillas de Madrid, el jueves 12 de mayo de 2022.. (AP Foto/Manu Fernandez, Archivo)
ARCHIVO - Un cliente paga verduras en el mercado Maravillas de Madrid, el jueves 12 de mayo de 2022.. (AP Foto/Manu Fernandez, Archivo)

INFLACIÓN. Hasta hace poco, tanto el MEF como el BCR solían argumentar, frente a las inquietudes por el alza del costo de vida, que la inflación del Perú estaba entre las más bajas de América Latina. Y dado que hay indicadores sofisticados para analizar la tendencia de los precios, se destacaba que la inflación “subyacente” –que no considera precios volátiles como alimentos y energía– estaba cerca del rango meta. Pero esos esoterismos no le interesan al ciudadano de a pie, porque los bienes a los que destina la mayor parte de su presupuesto son alimentos, aparte que no despierta orgullo nacional tener una inflación relativamente baja en la región, sobre todo si los ingresos reales siguen en declive.

Y cuando se intentó una respuesta, el MEF optó por lo menos eficiente, con alcance más acotado y más costoso para el fisco: exonerar del IGV a alimentos básicos y del ISC a combustibles, es decir, se aplicaron subsidios ciegos (el Congreso también intervino, como lo hace siempre que se trata de aumentar el presupuesto). Tal como predijeron los analistas, la medida no funcionó porque los precios de esos productos continuaron subiendo o se redujeron en porcentajes tan ínfimos que no justificaban la exoneración tributaria. El MEF ha reconocido el error, ha dicho que dará marcha atrás y que ahora se distribuirá un bono alimentario (por un total de S/ 2,000 millones), es decir, que al fin se aplicará una respuesta focalizada, que es lo que los especialistas recomendaron desde un principio.

Por el lado del BCR, desde agosto está elevando mensualmente su tasa de interés de referencia: en julio pasado estaba en 0.25% anual y hoy está en 5.5%, con el objetivo de anclar las expectativas inflacionarias, pues estas comenzaron a empeorar en nuestro país antes que en otros, coincidiendo con el comienzo del actual Gobierno y del deterioro de la confianza del consumidor. El incremento de la tasa ha sido gradual en parte debido a que si se hubiese actuado con brusquedad, se habría desincentivado considerablemente el consumo.

Así las cosas, junio cerró con la segunda inflación más alta del año en Lima y la tercera más alta a nivel nacional. Y el acumulado de los últimos doce meses siguió abultándose: 8.81% en la capital y 9.32% a nivel nacional. Según el BCR, los ingresos de las familias de menores ingresos están 35% por debajo de sus niveles prepandemia y se corre el riesgo de que la pobreza no se reduzca este año. Y cada vez está más cerca una aguda escasez de fertilizantes que, hasta ahora y para variar, el Gobierno no toma en serio.