El Gobierno ha implementado modificaciones en las normas que regulan las consultas tributarias presentadas ante la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat). Estas nuevas disposiciones buscan estandarizar los requisitos para realizar consultas, definir situaciones en las que no serán aceptadas y establecer un proceso gradual para su aplicación.
Las medidas incluyen condiciones específicas para temas como precios de transferencia e introducen lineamientos para el intercambio de información con otros países, en cumplimiento con compromisos internacionales.
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¿Qué establece el decreto supremo sobre las consultas tributarias?
La norma legal establece nuevas reglas para la presentación y tramitación de consultas tributarias particulares ante la Sunat, introduciendo requisitos específicos para los contribuyentes. Estas consultas deberán incluir datos detallados del consultante y de las partes vinculadas en las transacciones objeto de consulta, como nombres, RUC, domicilio y país.
Además, se exige declarar si el tema consultado está involucrado en procedimientos administrativos, judiciales o de fiscalización en curso. En el caso de consultas relacionadas con precios de transferencia, será obligatorio proporcionar información del grupo multinacional, la matriz y las entidades relacionadas.
La norma también establece supuestos de exclusión para las consultas, las cuales serán rechazadas si el contribuyente no cumple con obligaciones como registrar ingresos o transacciones en los libros contables dentro del plazo, presentar declaraciones informativas requeridas o si posee una baja calificación de cumplimiento según los estándares de la Sunat.
Asimismo, las consultas podrán suspenderse temporalmente si la Sunat requiere información adicional de entidades públicas, terceros o autoridades extranjeras para resolver el caso, lo cual será comunicado al consultante.
Para facilitar la implementación de estas disposiciones, se define un esquema progresivo. Desde el 2026, la Sunat atenderá consultas relacionadas con ciertos impuestos, como el Impuesto a la Renta (IR) de tercera categoría y el Impuesto General a las Ventas (IGV) y, a partir del 2027, se ampliará el alcance para incluir a contribuyentes con menores ingresos o activos.
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Consultas generales y particulares
El sistema tributario peruano contempla dos herramientas para resolver dudas sobre la interpretación de normas fiscales: las consultas generales y las consultas particulares. Ambas buscan ofrecer claridad y seguridad jurídica a los contribuyentes, pero según especialistas, hasta ahora han tenido un uso limitado en la práctica. Recientes cambios normativos buscan revitalizar su aplicación.
Las consultas generales están reguladas por los artículos 93 y 94 del Código Tributario y permiten a los gremios empresariales plantear preguntas sobre el alcance de normas tributarias. Estas consultas son amplias y de aplicación general, como determinar si una actividad económica está sujeta al IGV.
Según Katarzyna Dunin Borkowski, especialista tributaria, las respuestas de la Sunat son vinculantes para la administración tributaria y se publican para garantizar transparencia, aunque en algunos casos la Sunat ha modificado su posición en temas previamente respondidos, lo que genera incertidumbre entre los contribuyentes.
Por otro lado, las consultas particulares, reguladas desde 2015 por la Ley N.° 30296, están diseñadas para resolver dudas específicas sobre operaciones tributarias futuras y vinculan exclusivamente a la Sunat con el contribuyente que formula la consulta.
Según Juan José Assereto, socio de Zuzunaga y Assereto, estas consultas son más precisas y están reservadas para ciertos contribuyentes que cumplan requisitos específicos, como haber declarado montos elevados o estar en etapas iniciales de actividades económicas. Estas consultas buscan ofrecer seguridad jurídica y claridad, aunque su proceso de admisión incluye protocolos estrictos que limitan su uso a temas de relevancia.
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¿Límites de consultas?
Assereto explica que, aunque la normativa no limita el número de consultas que una empresa o persona puede presentar, el proceso para admitir y responder estas solicitudes incluye protocolos y requisitos formales. Esto asegura que solo consultas relevantes y bien fundamentadas sean atendidas.
“El límite lo va a poner el proceso”, señala Assereto. La Sunat verificará el cumplimiento de ciertos requisitos, como el perfil de cumplimiento tributario del solicitante, antes de admitir la consulta. Si no se cumplen las formalidades exigidas, la consulta será devuelta sin respuesta.
Este enfoque busca garantizar que el sistema de consultas vinculantes sea utilizado para temas de alta relevancia. “No es que cualquier contribuyente va a hacer cinco o seis preguntas vinculantes en una semana. El proceso es protocolar y un poco más complejo, lo que hará que estas consultas sean para temas grandes e importantes”, concluye.
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Retos
Dunin destaca que uno de los principales retos de las consultas tributarias, especialmente las particulares, es garantizar la confidencialidad de la información proporcionada por los contribuyentes. Existe una percepción de riesgo entre los contribuyentes de que la información ofrecida en estas consultas pueda ser utilizada posteriormente en fiscalizaciones o auditorías, lo que genera desconfianza.
Para abordar este problema, Dunin propuso implementar mecanismos como una “Muralla China” dentro de la Sunat, separando funcionalmente las áreas que resuelven consultas de las que realizan inspecciones, con el objetivo de fortalecer la seguridad jurídica y promover la confianza en este sistema.
Otro desafío relevante es la falta de consistencia en las respuestas de la administración tributaria. Casos como el de los servicios digitales satelitales, donde la Sunat cambió su posición sobre la aplicación de impuestos, evidencian la necesidad de mayor estabilidad en las interpretaciones tributarias.
Este tipo de inconsistencias generan incertidumbre entre los contribuyentes y afectan la credibilidad de las consultas tributarias como un mecanismo de predictibilidad y claridad.
Para superar estos retos, Dunin enfatiza que es crucial que la Sunat adopte medidas que refuercen la confianza de los contribuyentes, asegurando que las consultas sean un espacio seguro para resolver dudas sin temor a represalias.
Además, la administración tributaria debe priorizar la estabilidad en sus interpretaciones, consolidando un modelo de cumplimiento colaborativo que permita fortalecer la relación con los contribuyentes y alinear el sistema con las mejores prácticas internacionales.
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Abogado especialista encargado de Enfoque Legal en Diario Gestión - Actualmente, ocupa la posición de analista legal en el área de Economía en el Diario Gestión.
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