El crecimiento de la economía peruana cerró el 2022 con una tasa muy cercana a lo que esperaba el mercado. El dato oficial del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que el producto bruto interno (PBI) del Perú creció 2.68% el año pasado.
Sin embargo, este crecimiento refleja que el 2022 fue un año de oportunidades perdidas para el Perú, pues el PBI debió crecer a una tasa más alta si se aprovechaba el entorno favorable para el país, sobre todo desde el lado externo.
El economista jefe de BBVA Research, Hugo Perea, afirmó que el año pasado hubo precios altos de materias primas que el Perú no supo aprovechar, porque no se generaron las condiciones para atraer las inversiones necesarias, especialmente en el sector minero.
Precisó que la agenda de la política económica debió estar más enfocada en atraer capitales para el desarrollo de, por ejemplo, proyectos de cobre, mineral que no tiene mucha oferta mundial y cuya demanda se incrementará en los próximos años.
“Eso tenemos que empezarlo a ver ya y no se ha hecho nada al respecto. Estos vientos de cola que venían de una recuperación global muy intensa, los hemos perdido porque hemos tenido que poner la vista en otras prioridades y cosas internas que han distraído nuestra atención, cuando debimos estar trabajando para aprovechar estas oportunidades que se presentan”, dijo.
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Impacto minero
El desaprovechamiento de los buenos precios de los metales para atraer más inversión minera, tuvo también su correlato en la producción de este sector, que cayó en 0.24% al cierre del 2022.
Ya a mediados del año pasado, el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, había advertido que los golpes al sector minero estaba evitando un mayor crecimiento del PBI (Gestión 15.06.22).
En efecto, al cierre del 2022 el sector minería e hidrocarburos, en conjunto, solo contribuyó con 0.04 puntos de los 2.68% que creció la economía.
En la segunda mitad del año, la actividad minera recibió el soporte del inicio de operaciones de Quellaveco, que permitió que en diciembre, mes en que se inició la conflictividad política y social que aún afronta el Perú, crezca más de 11%.
Sin embargo, durante el año la conflictividad le pasó factura al sector. Por ejemplo, Southern Perú Copper Corporation suspendió sus actividades productivas en la mina Cuajone por 54 días entre febrero y abril del 2022 por la toma de las instalaciones de reserva de agua y bloqueo de la vía férrea.
Situación similar sucedió con la minera Las Bambas, que paralizó la producción de cobre por más de 50 días entre abril y junio e inició una reducción progresiva de operaciones desde el 31 de octubre hasta fines de noviembre, debido a los bloqueos recurrentes en diferentes tramos del Corredor Vial del Sur.
Hugo Perea afirmó que no solo la minería tuvo resultados negativos, sino que todas las actividades del sector primario (que también incluyen a pesca y agricultura) mostraron un desempeño débil.
Así, el sector primario en conjunto acumuló un avance de solo 0.4% en el año influenciado también por la caída de la pesca, mientras que las actividades no primarias sí lograron un avance en torno al 3%. “Fue un año bastante duro para los sectores extractivos”, añadió Perea.
Industria complicada
Otro de los sectores que también fue golpeado por la coyuntura e incertidumbre en el país, fue la industria nacional, especialmente la que fabrica productos con valor agregado, claves por el empleo que generan.
Si bien la manufactura no primaria creció 2.27% el año pasado, tuvo dos periodos totalmente opuestos. Un primer semestre con tasas de crecimiento que llegaron a 10.6% en marzo y un segundo semestre con caídas, e incluso una contracción de 8.11% en diciembre. Estos resultados fueron influenciados por la debilidad de la demanda interna.
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Enfriamiento de la economía
El economista jefe de Credicorp Capital, Daniel Velandia, afirmó que la tasa de crecimiento del PBI del 2022 refleja una desaceleración de la actividad económica, especialmente en el último trimestre del año.
“Hay un proceso de enfriamiento importante, que se vio reflejado particularmente en diciembre a causa de la protestas sociales”, refirió.
En diciembre, la economía apenas creció 0.86%, a su menor ritmo desde febrero del 2021.
Velandia explicó a Gestión que esta situación de conflictividad de diciembre hizo que el sector no primario tenga a su nivel más bajo en cerca de 22 meses, especialmente en actividades como servicios y el comercio.
Pero el crecimiento bajo de estos últimos sectores también se explicó por el fin del efecto que tuvieron los retiros de AFP y de CTS.
“El resultado de servicios a las empresas (que creció solo 2.11% en el 2022) es consistente con una inversión privada modesta, que seguramente se mantiene con tasas de contracción en la medida que la incertidumbre política genera que los empresarios aplacen o remuevan sus decisiones de inversión”, precisó.
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Opinión
El 2022 fue un año malo
Alfredo Thorne, exministro de Economía y Finanzas
Podemos dividir el año 2022 en dos partes. Un primer semestre en el que la economía todavía tenía cierta resiliencia, cuando se sentía que le iba bien.
Pero hay un segundo semestre que no ha sido bueno, porque se han juntado dos cosas importantes: la desaceleración global que afectó a la economía y el efecto de las protestas, particularmente en el mes de diciembre.
Todos los factores positivos que se tenían en la primera parte del año, en la segunda mitad se perdieron. El más importante es el consumo, que era el ancla de crecimiento, que le fue bien en el primer semestre pero luego se perdió ese impulso.
En el segundo semestre ya no se tuvieron los retiros delos fondos de las AFP y además el consumidor estuvo golpeado por la inflación y la desaceleración de la economía.
Si se observa el PBI desestacionalizado, el que compara actividad de un mes contra el mes previo, ya tenemos tres meses en negativo y probablemente tengamos el cuarto en enero. Eso lo que está mostrando es que la economía se está desacelerando a un ritmo bastante fuerte.
Así, el 2022 fue un año malo, fue el año en que el Perú perdió una oportunidad de un mayor crecimiento.