El maíz amarrillo duro que demanda la industria avícola y porcina en Perú probablemente deberá ser atendida desde más países productores de lo previsto, ante la volatilidad de su precio internacional. Y es que la cotización a futuro se elevó desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania: ambos países concentran el 19% de la producción mundial de maíz. Así, entre enero e inicios de marzo la cotización se encareció un 75%, según datos de la Bolsa de Chicago.
Perú no es un productor nato de maíz amarillo duro, al contrario, su dependencia en la importación creció en 50% en lo últimos tres años y está más expuesta a riesgos. Si en el 2018 la demanda peruana era cubierta en un 60% por el grano traído de Estados Unidos, Argentina y Brasil principalmente; en el 2021 la participación subió a casi un 80%. Mientras que la producción local de maíz contribuye con apenas el 20%.
A detalle, se importa cerca de tres millones de toneladas de maíz amarillo duro desde Argentina, 563,000 toneladas desde Estados Unidos; 55,000 desde Brasil y 25,000 desde Bolivia y otros.
Solo durante el 2021 -según cifras del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur)- la importación de Perú de maíz amarillo duro totalizó US$ 897 millones, una cifra superior en 40% respecto a todo el 2020.
Y aunque ni Rusia ni Ucrania sean proveedores claves -solo Ucrania aparece en el quinto puesto en el mercado peruano-, la decisión del gobierno ucraniano de detener sus envíos perjudica el abastecimiento en otras zonas de Europa, que ahora deberán buscar en otros mercados compitiendo con Perú, señala Carlos Posada, director ejecutivo del Instituto de Investigación y Desarrollo de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
A ello se suma que en Argentina, el principal proveedor peruano, se proyecta que la producción de la campaña 2021-2022 se reducirá en un 10%, “esta realidad no solo afectará a la producción interna argentina en las siguientes semanas, sino también a los países que importan granos como insumo pecuario”, reportó el medio El Economista a mediados de febrero último.
“Creo que habrá una competencia por estos futuros (del maíz amarillo) pero la pregunta clave es ¿cuánto durará el conflicto entre Rusia y Ucrania?”, añade Posada. Y agrega que, para cubrir un posible déficit, una salida sería acudir a mercados como Canadá, India o incluso Croacia, también África y Bolivia que tienen cantidades limitadas podrían salvarnos de alguna manera; sin embargo, “lo que no podremos evitar es el incremento de los precios”, dijo a Gestión.pe.
En esa línea, recordó que una subida en el precio internacional del maíz distorsiona y afecta el precio del pollo y porcino. Cabe indicar que solo en el cerdo, el maíz y la soya representan el 75% del costo final de la carne.
Las condiciones climáticas y geográficas de Perú no permite extensiones muy amplias de maíz amarillo duro. Apenas hay 300 mil hectáreas sembradas siendo Lambayeque, La Libertad, Áncash, Lima, Ica y Arequipa los principales productores. Pero el rendimiento aún es bajo, con un promedio de siete toneladas por hectárea cuando Argentina tiene por encima de nueve toneladas.
Pese a ello, el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) desarrolló el INIA 619, una semilla de maíz mega híbrido, elaborado gracias al trabajo técnico desarrollado en la escuela de campo impulsada por la agencia agraria de dicha jurisdicción. Dicha variedad de maíz tenía un rendimiento de 14 toneladas; sin embargo, se requieren de más esfuerzos para otorgar dicha semilla mejorada a más productores.
Posada anota que aunque el Perú tenga factores que impactan de manera positiva en la producción de algunos productos de agroexportación que ahora lideran los ranking, como los arándanos, paltas y mangos, cultivos como el maíz eran la excepción.
Finalmente, añade que no se trata de que el camino sea “nacionalizar” la producción a futuro -que es difícil sobre todo en un tiempo tan corto- sino, aprovechar los cultivos que son los fuertes en agroexportación y confiar en la “política del libre comercio”; así como buscar acuerdos comerciales con proveedores claves.