El 25 de marzo inició el cronograma de vencimientos para presentar la declaración jurada anual de renta 2021, así como el plazo final para el depósito de las utilidades, las cuales representan un ingreso extraordinario para el empleado y que pueden ser usadas para distintos fines como el pago de deudas, ahorro o inversiones. Con respecto a esto último, ¿qué recomendaciones hay?
Jorge Luis Ojeda, docente de la Faculta de Negocios EPE de la UPC, y Enrique Castellanos, docente de Economía de la Universidad del Pacífico (UP), hablaron con Gestion.pe y dieron algunos puntos a tomar en cuenta si la idea es invertir los recursos.
Las utilidades son un porcentaje de la renta neta (ganancias después de descontar inversiones e impuestos) obtenida por las empresas como resultado de su gestión. Las empresas del sector privado están obligadas a otorgar a su personal, incluso a aquellos empleados que concluyeron su relación laboral.
Mejor renta variable a renta fija
Según Ojeda, si se quiere invertir en instrumentos financieros, entonces se podría considerar los de renta variable (acciones) por sobre los de renta fija (bonos). “Debido a la actual coyuntura de incertidumbre, los recursos deberían estar en opciones diversificadas como fondos mutuos guiados a renta variable, o un Exchange Trade Fund (ETF)”, precisó.
Si bien se podrían considerar acciones locales del sector minero, debido al impulso que están teniendo las materias primas, sobre todo cobre, la exposición a fuentes de riesgo local como el político se deben tener en cuenta.
“Todo es muy incierto tanto de manera local como internacional. Sin embargo, lo que se está viendo es que, por su rentabilidad actual, invertir en fondos con componentes de renta fija no sería muy recomendable, y eso se ve en los fondos 1 y 2 de AFP, que podrían inicialmente haber sido una recomendación de inversión (en referencia a los fondos sin fin previsional)”, indicó.
En el mismo sentido, Castellanos mencionó que se debe considerar, antes de invertir en renta variable, el horizonte de inversión, el cual debe ser siempre a largo plazo.
“Si la intención es ir a la bolsa, se deben definir antes los objetivos que se tienen para ese dinero a invertir y por cuanto tiempo se quiere disponer del mismo. La recomendación siempre es que los plazos sean a partir de cuatro o cinco años cuando se habla de bolsa”, afirmó.
Por otro lado, ambos señalaron que un depósito a plazo es una opción segura y usual cuando se tiene un excedente de dinero, del que podrían disponer en el corto plazo. “Es recomendable tener una parte en dólares y otra en moneda local si se quiere un respaldo para escenarios de volatilidad”, precisó Ojeda.
La inflación
Si la opción es invertir las utilidades para iniciar un negocio o emprender, se tiene que tomar en cuenta qué tanto puede estar afectado por la inflación, pues el escenario de aumento de precios aún puede ser persistente.
“Hay negocios que están más o menos expuestos a la inflación. Si se quiere ir por el comercio minorista o retail, el precio puede ser más fácilmente trasladado al consumidor final. En contraste, negocios vinculados a, por ejemplo transporte público tienen un poco más de dificultad para poder trasladar precios. Es clave identificar este aspecto sobre todo en la actual coyuntura. Sin embargo, si el plan es invertir en un aspecto clave de un negocio ya establecido, entonces sería recomendable hacerlo, pues luego puede ser más caro bajo el actual contexto”, dijo.
Castellanos, por su parte, señaló que el factor inflación es un punto a considerar, pero que lo más relevante es que el negocio a elegir sea uno en el que se tenga experiencia, y así poder ahorrar costos adicionales.
“La inflación es parte del análisis, pero lo más importante pasa por la experiencia que se tiene en el negocio en el que se va a invertir y que sea del gusto de la persona”, precisó.
En educación
Si se está considerando una inversión educativa, esta sería una opción recomendada, pues el destinar recursos para capital humano “siempre es rentable”.
“Invertir en educación siempre es recomendable, independientemente de la coyuntura que se viva. Es una inversión que tarde o temprano da rentabilidad, y no solo a través del mercado local, sino foráneo. Estudios de alguna especialización, técnicos o algún idioma siempre son importantes y representan una buena inversión”, señaló Ojeda.
En corto
El abogado laboralista Mauro Ugaz explicó que la norma indica que la fecha de entrega máxima de las utilidades para los trabajadores es 30 naturales después de la declaración del Impuesto a la Renta de la empresa en la que laboran.
Según el cronograma (que está sujeto al último dígito del RUC del contribuyente) de declaración del Impuesto a la Renta, el último día para realizar dicho proceso fue el 8 de abril. Es decir, las empresas que declararon ese día tienen hasta el 8 de mayo para entregar utilidades.