Muchas empresas que trabajan con socios del extranjero no son conscientes de las repercusiones que trae no cumplir con las obligaciones fiscales relacionadas con los Precios de Transferencia. Por eso, es necesario saber cuándo y cómo regularizar estos procedimientos para cumplir con la normativa tributaria y evitar sanciones que puedan tener un gran impacto en la empresa.
En este marco, se resalta la importancia de completar esta documentación, ya que cualquier empresa que reciba servicios debe tener el Test de Beneficio. Este test es esencial para demostrar que los gastos realizados están directamente relacionados con la generación de ingresos para efectos del Impuesto a la Renta.
Carlos Vargas Alencastre, CEO de TPC Group, explica que “al pagar las facturas de servicios a partes relacionadas del exterior, la empresa se ve en la obligación de realizar el Test de Beneficio, en el cual se sustente que el servicio recibido le proporciona valor económico o comercial, se exponga el estado de los costos y gastos, y a su vez se establezca un markup (margen) dependiendo del tipo de servicio, ya sea de alto o bajo valor agregado.”
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Es fundamental recordar que las transacciones con partes vinculadas son monitoreadas de cerca por la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat).
Por lo tanto, las inspecciones o solicitudes de evaluación de estas operaciones pueden aumentar significativamente después de la presentación de las declaraciones juradas de Precios de Transferencia.
“Si la Sunat solicita el Test de Beneficio y no se presenta adecuadamente, la entidad no reconocerá los pagos y aplicará una acotación del 29.5% del impuesto a la renta sobre la factura pagada a la parte vinculada en el exterior, lo que significa el pago de una sobretasa de este impuesto”, añade Vargas Alencastre.
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Muchas empresas suelen pasar por alto esta obligación, lo que puede resultar en consecuencias financieras y tributarias. Es prioritario regularizar toda la documentación para mantener y fortalecer la reputación de la empresa y evitar sanciones fiscales que afecten sus finanzas y operaciones logísticas.
“No solo se trata de evitar sanciones, sino también de mantener una gestión fiscal transparente y conforme a las normativas vigentes. Al estar preparados y cumplir con estos requerimientos, las empresas pueden evitar costosas sanciones y asegurar la estabilidad financiera y operativa en sus relaciones internacionales”, finaliza el especialista.