Todos quieren una gran condición física pero pocos desean ir al gimnasio. Todo el mundo quiere un trabajo bien remunerado, pero no todos están dispuestos a trabajar arduamente. La gente quiere contar siempre con recursos, pero no siempre está dispuesta a ahorrar. En muchas ocasiones se olvida que todo beneficio conlleva un costo.

Las inversiones no son la excepción. Cuando se toma la decisión de invertir y definir cuánto, en dónde y cómo se desea invertir, la pregunta que generalmente se hace es: ¿cuáles son los rendimientos que se pueden obtener?, sin embargo, la pregunta que normalmente se olvida es ¿cuáles son los riesgos? Es en momentos de alta incertidumbre cuando esta pregunta viene a la mente, hasta ese momento, muchos recuerdan que todo rendimiento conlleva un riesgo.

En materia de inversiones, es recomendable conocer los riesgos que un individuo está dispuesto a asumir. Para estructurar este análisis se les ha clasificado en tres distintos perfiles con base en su sensibilidad ante escenarios de incertidumbre: perfil arriesgado, perfil moderado y perfil conservador. Todo ello basado en la teoría de a mayor riesgo mayor rendimiento.

En un extremo, el perfil conservador es un inversionista adverso al riesgo que estaría dispuesto a aceptar un nivel menor de rendimiento esperado a cambio de menor incertidumbre. En general, una persona con alta aversión al riesgo suele elegir productos financieros con menores beneficios esperados, pero con mayor estabilidad.

En el otro extremo, los inversionistas de perfil arriesgado buscan rendimientos esperados superiores a cambio de aceptar escenarios de mayor volatilidad.

Este perfil suele elegir productos que le pueden ofrecer mayores beneficios financieros a cambio de la posibilidad de mayores pérdidas que eventualmente puede sufrir. Finalmente, el inversionista con un perfil moderado se encuentra entre aquellos inversionistas que son buscadores de riesgo y aquellos adversos al mismo.

Estadísticamente se ha observado una relación entre el perfil de inversionista y ciertos factores que influyen en su comportamiento, como la edad, el monto de la inversión, los dependientes económicos y el objetivo de la inversión.

En otras palabras, generalmente los inversionistas más jóvenes tienen un mayor periodo para recuperar pérdidas esporádicas a diferencia de un inversionista de la tercera edad; se tiene un comportamiento más conservador cuando el porcentaje de la inversión con relación a la riqueza es mayor, invertir 10% no es lo mismo que invertir 80% de la riqueza; una persona soltera tiene menores compromisos financieros que un responsable de familia, por lo que podría asumir mayor incertidumbre; se esperaría que el riesgo que se está dispuesto a asumir de una inversión destinada a servicios de salud no es el mismo que el destinado a las vacaciones.

Las características del inversionista determinan generalmente el nivel de riesgo que estaría dispuesto a asumir. El perfil le ayudará a seleccionar el tipo de inversión más apropiado a sus condiciones personales y al mismo tiempo evitar riesgos innecesarios.

Si buscas obtener un beneficio, tienes que asumir su costo. Ahora, si te preguntas ¿qué rendimiento espero obtener de mi inversión?, no olvides preguntarte ¿qué riesgo estoy dispuesto a asumir? Conoce tu perfil.

Diario El Economista de MéxicoRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

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