A un año de la publicación del reglamento para la realización temporal de actividades en modelos novedosos o “Sandbox regulatorio”, no hay información pública sobre los avances de este espacio de prueba conocido como “caja de arena”.
Sin embargo, se registran varias consultas a estudios especializados en regulación financiera, sobre todo de la banca para participar de este ambiente temporal de pruebas piloto dispuesto por el supervisor (SBS), dijo a Gestión Rafael Alcázar, socio del estudio Rebaza, Alcázar & de las Casas.
Así, hay algunas solicitudes ante al regulador provenientes de bancos comerciales, cajas rurales, cajas municipales y algunas empresas de crédito (antes Edpyme), señaló.
“El regulador nos ha dicho que sí hay empresas que están operando, pero aún no se revela quiénes se encuentran dentro de esta caja de arena”, adelantó Darío Bregante, gerente senior de Regulación Financiera y FinTech de EY Law.
Alcázar sostuvo que este espacio de prueba tendría impacto positivo en la digitalización de los productos y servicios que proveen la banca y microfinancieras, una mejora en los procesos de desembolsos, pero especialmente en la captación de los depósitos del público.
Con ello, se acelerará la expansión de depósitos bancarios digitales que, a la fecha, se realizan a través de la banca por internet o banca móvil, y también de forma presencial mediante agentes autorizados, cajeros automáticos y ventanillas.
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Según la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), el sandbox regulatorio es una herramienta que permite proporcionar flexibilidad para que las empresas financieras puedan probar, en un entorno controlado, nuevos productos o servicios financieros bajo la mirada del supervisor.
Este espacio es aplicable al sistema financiero, las compañías de seguros y administradoras privadas de pensiones (AFP).
Para Bregante, la decisión del regulador, en una primera versión de la norma, es enfocarse directamente en innovaciones desarrolladas por empresas que están bajo su supervisión y, excepcionalmente, por entidades en proceso de obtener una licencia.
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Fintech participarían en colaboración con la banca
En cuanto a la participación de las fintech, los especialistas coinciden en que todavía no encajan dentro del perímetro regulatorio de la SBS, sin embargo, podrían participar mediante programas de colaboración con el sistema financiero.
“Hay interés de algunas fintech, se reciben diversas consultas de negocios dedicados a pagos, billeteras digitales, créditos (lending) y emisores de dinero electrónico”, detalló Alcázar.
“Con el sandbox se abre la posibilidad de colaboración entre el mundo regulado y no regulado, se abre un espacio de colaboración, incluso podría ayudar o acelerar la regulación de aquellos negocios que no están bajo la supervisión de la SBS”, estimó.
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Aseguradoras muestran interés en “caja de arena”
Un segundo sector interesado en formar parte de este espacio es el asegurador, que busca alternativas de desarrollo de la fuerza de ventas y comercialización de seguros, aunque tienen la duda de si esto conduce a la publicación de una regulación, expresó Alcázar.
Javier Salinas, líder de Innovación, Emprendimiento y Prospectiva de UPAL, comentó que las compañías de seguro también muestran interés en la tokenización de las pólizas y la emisión de productos más sofisticados sin el uso de una excesiva documentación en físico.
Las AFP tienen otros problemas de fondo por resolver antes de preocuparse por lanzar nuevos servicios digitales, por lo que están alejadas de este mecanismo, mencionaron los expertos.
SBS opera con mucha confidencialidad
El Sandbox regulatorio es una de las normas más importantes del regulador en cuanto a innovación y transformación digital financiera, sostuvo Darío Bregante, de EY Law.
“Pero hay una crítica sobre la forma en que viene trabajando la SBS, porque es imposible que no haya data pública y no se pueda ver el estado de estas iniciativas y decidir ingresar a la caja de arena”, manifestó.
Comentó que el regulador trabaja con mucha confidencialidad, pese a que es favorable para el mercado informar sobre los avances, generar sinergias y demostrar a los consumidores y empresas de innovación que estos canales funcionan según experiencias de la región.
Para Rafael Alcázar, socio de Rebaza, Alcázar & de las Casas, el proceso inicia con la autorización del regulador para que las entidades operen mediante un plan piloto y con determinados parámetros. Luego, la empresa informa periódicamente sobre su actividad y, pasado el periodo de prueba, la SBS decide si flexibiliza la regulación o emite una extraordinaria enfocada en dicho producto, servicio o nueva tecnología, precisó.