Luego de un largo debate, y en medio de controversia, el Congreso de la República aprobó el último jueves en segunda votación la ley que moderniza el sistema de pensiones peruano, autógrafa que será enviada al Poder Ejecutivo.
Una de las propuestas que recibió mayor atención de entidades técnicas y especialistas en esquemas previsionales es la posibilidad de que los afiliados reciban una pensión por consumo al momento de jubilarse.
El proyecto ratificado permitirá que los ciudadanos que conformen el nuevo sistema de pensiones, sean o no afiliados a las AFP y ONP, puedan destinar 1% de sus consumos -acreditados con comprobante de pago- hasta por un máximo de S/ 41,200 al año (8 UIT), en compras individuales que no deben superar los S/ 700.
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Si bien se estima que este mecanismo proveerá un porcentaje de ahorro para la vejez, este no representaría una proporción significativa y ampliaría la brecha entre los afiliados de altos y bajos ingresos, comentan los especialistas.
“Hay cálculos que indican que el monto ahorrado, dados los límites de la propuesta, solo brindaría unos S/ 175 de pensión en promedio. Pese a no ser una solución, es una ayuda”, comentó Elio Sánchez, Superintendente Adjunto de AFP de la SBS, en su presentación ante el grupo de trabajo de pensiones.
¿Cómo se genera la pensión por consumo?
En la misma línea, la consultora Apoyo argumenta que esta medida sería regresiva, ya que implica devoluciones mayores para los trabajadores que más gastan y, por ende, generan más ingresos.
Si un trabajador gana en promedio S/1,000 al mes y consume alrededor de S/500 por el canal formal, recibirá una devolución anual de S/60, refiere la empresa de asesoría. Si se asume que el trabajador mantiene su dinero en el fondo 2 de las AFP, que ha tenido una rentabilidad real promedio de 4% en los últimos 15 años y cobra una comisión de 1% sobre el saldo, esto solo le alcanzaría para financiar una pensión de S/35 mensuales, proyecta.
En contraste, un trabajador que gana S/4,000 al mes y gasta S/3,500 en productos gravados con IGV recibirá la devolución máxima de S/412 al año, lo que generaría un fondo suficiente para financiar una pensión de S/240, prevé.
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Bajo esta estimación, una persona con ingresos elevados podría lograr una pensión por consumo siete veces superior a una con salario básico.
Asimismo, Fernando Vásquez, gerente de Política Económica del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) declaró que esta modalidad no añade progresividad, pues no hay una restricción sobre quién puede acceder.
“Los fondos públicos son escasos y debería restringirse a quien los requiera, población vulnerable, en pobreza”, manifestó.
Según la autoridad monetaria, tal como está la autógrafa, pueden beneficiarse personas de bajos y altos ingresos; pese a que, los de altos ingresos no necesitan de la ayuda del estado para conseguir una pensión adecuada.
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Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.
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