La convulsión social tiene impacto en la economía nacional, aunque registra una mayor incidencia en la zona sur del país.
Solo en diciembre, la cartera crediticia del sistema financiero cayó en casi S/ 1,000 millones frente a lo estimado, en las zonas más convulsionadas por protestas violentas, bloqueo de carreteras y paralización de actividades, según la Federación Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (FEPCMAC).
El mayor golpe se registró en las regiones de Apurímac, Arequipa, Cusco, Ica, Madre de Dios, Moquegua, Tacna y Puno, así como la provincia de Virú y Cercado de Lima, señaló Jorge Solís, presidente del gremio de cajas ediles.
“Incluso en Puno, la zona más perjudicada, los créditos otorgados fueron S/ 331 millones menores a lo proyectado, mientras que en Cercado de Lima, fueron S/ 225 millones menores”, detalló.
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Según el ejecutivo, los nuevos créditos empresariales desembolsados por las cajas municipales en diciembre se contrajeron en S/ 150 millones respecto del mes anterior, en contraste con lo esperado por ser un mes más activo en financiamiento.
Esta situación se puede observar en las distintas regiones perjudicadas por eventos de violencia.
Por ejemplo, en Lima los créditos otorgados por la banca fueron menores en S/ 2,160 millones entre noviembre y diciembre de 2022, mientras que en Ica y Cusco esta reducción fue de S/ 57.6 millones y S/ 50.5 millones, respectivamente, de acuerdo con estadísticas de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
“Esta información es solo diciembre, no incluye los préstamos de enero y lo que va de febrero cuando se acentúa el conflicto interno, es un hecho que las cifras de este año serán mucho más dramáticas”, expresó Solís.
Campañas perdidas
En tanto, Jorge Delgado, presidente de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas del Perú (ASOMIF), coincidió en que la colocación de créditos está siendo muy compleja, sobre todo, en la zona sur donde hay una menor actividad económica.
Antes de los eventos de conflicto interno, el país no crecía al mismo ritmo que en prepandemia, sin embargo, se veía una recuperación y había cierto optimismo de los empresarios sobre el último tramo de campaña navideña, comentó.
Delgado explica que, con las protestas focalizadas en el sur tras el cambio de Gobierno, hay negocios que están quebrando y otros se descapitalizaron pues usaron sus recursos para subsistir ante la elevada inflación y el escaso dinamismo en ventas.
Según Solis, el mercado peruano cuenta con 11 millones de mypes, entre formales e informales, de las cuales dos millones están en riesgo de quebrar a causa del conflicto social registrado en los últimos meses.
“Hay dos campañas que se han perjudicado, la navideña que se afectó en un 50% y la escolar que también está en riesgo de perderse, en semanas ya entran a clases y hay productores textiles paralizados”, acotó.
Temor por default
Delgado sostuvo que en las regiones del norte el dinamismo en las operaciones de las mypes continúa, por tanto, sigue activa la solicitud de capital de trabajo. Pese a ello, no se compensa lo que se deja de vender en el sur del país.
Cada departamento tiene un valor dentro de la cartera crediticia del sistema financiero y el peso de las zonas más afectadas es significativo, mencionó.
“Esperamos que esto se calme para retomar actividades y que las colocaciones (de crédito) tomen fuerza. Es necesario promover la confianza para generar inversiones, trabajo y que la gente consuma”, advirtió.
De lo contrario, prevé que en los siguientes meses se empezará a ver a los negocios caer en default, sobre todo, en las zonas más afectadas por la violencia, lo cual genera temor y preocupación.
Además, los empresarios no solo registran deudas con las entidades financieras sino también con sus proveedores pues algunas acuerdan el pago de sus facturas luego de un plazo y es probable que también tengan inconvenientes para cumplirlo, complementó.
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