Redacción Gestión

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El Economista de MéxicoRed Iberoamericana de Prensa Económica

El ahorrar no es suficiente, pues es esencial conservar su poder adquisitivo e incluso incrementarlo, a través de la inversión en instrumentos que puedan crecer más rápido que la inflación, particularmente en el largo plazo.

Uno no tiene que tener grandes cantidades de para invertir. Se puede empezar con cantidades tan pequeñas como US$ 100 e ir incrementando poco a poco.

Lo mejor de todo es que únicamente requiere entender los principios sencillos y tener disposición de monitorear tus inversiones:

1.- Evalúa tus opciones. En general, el abanico consta de acciones, instrumentos de deuda y sociedades de inversión.

– Acciones. Comprar una acción es en realidad adquirir un porcentaje de una compañía. Como dueño podrá participar de las de la misma si ésta paga dividendos. Los precios de las acciones suben o bajan dependiendo de lo que los inversionistas en general ven acerca del comportamiento de las utilidades de la emisora en un futuro.

Como hay un número finito de acciones, otros inversionistas que quieren participar en una compañía con perspectivas altamente favorables están dispuestos a pagar un precio mayor, así se genera la plusvalía, pero también puede ocurrir lo contrario: que esa compañía decepcione y sus inversionistas quieran vender su posición y estarán dispuestos a aceptar precios más bajos.

– Instrumentos de deuda. Cuando uno los compra, en realidad está prestando su dinero al emisor, quien se compromete a pagarle un durante el periodo del préstamo y a devolverle el principal (su inversión original) al final del mismo, entre ellos están los pagarés bancarios o los emitidos por empresas privadas.

– Sociedades de inversión. Son portafolios que pueden invertir en acciones, instrumentos de deuda, o en ambos, dependiendo de sus objetivos. En realidad, son la alternativa más sencilla, ya que dan acceso a rendimientos que obtienen grandes inversionistas, pero con cantidades pequeñas de inversión.

2. Invierte a largo plazo y diversifica. Uno de los aspectos básicos a tomar en cuenta al invertir es que, por lo general, a mayor riesgo, mayor rendimiento. Cada instrumento tiene asociado un riesgo y sólo hay dos formas principales de minimizarlo: dar a nuestras inversiones suficiente tiempo para madurar y diversificar en diferentes alternativas.

3. Arma tu portafolio de inversión. ¿Cuánto dinero se debe invertir en acciones, instrumentos de deuda o efectivo? Depende de tu edad, de tus metas y objetivos y de tu al riesgo. En realidad, es una decisión muy personal; no obstante, hay algunas reglas generales que siempre podremos aplicar.

Una de ellas está basada en nuestra edad: mientras más jóvenes somos, más riesgo podremos tomar, ya que tenemos más tiempo para recuperarnos de una pérdida si algo sale mal, en términos generales. Como una persona joven puede dejar su dinero invertido más tiempo, es entonces un mejor candidato para en portafolios que contengan acciones con un alto potencial de crecimiento a largo plazo.

Mientras uno envejece, es mejor ir cambiando nuestros activos a portafolios que inviertan primordialmente en instrumentos de deuda, que son más seguros y ofrecen un rendimiento no tan variable.

4. Invierte ya (no esperes). La clave para el éxito futuro es empezar a invertir hoy. Pero nunca es tarde para empezar.