El impacto de la estancada industria de los viajes, que representa 10% de la economía global, puede llegar a los rincones más remotos del mundo.
Cada vez que una persona realiza un viaje, desencadena un efecto dominó del consumo que dirige dólares a aerolíneas, hoteleros, dueños de restaurantes, taxistas, artesanos, guías turísticos y comerciantes, por nombrar algunos.
En total, la industria del turismo emplea a 300 millones de personas. Especialmente en los países en desarrollo, estos trabajos pueden representar una forma para salir de la pobreza y oportunidades para la preservación cultural.
Ahora un tercio de todos los trabajos de turismo están en riesgo, las aerolíneas de todo el mundo dicen que necesitan alrededor de US$ 200,000 millones en rescates y la reducción de los gastos en viajes, tanto de negocios como de placer, pone a la industria de US$ 1,700 en riesgo.
Si bien las órdenes de confinamiento varían de un país a otro y dentro de los mismos países, todos concuerdan en un aspecto de la recuperación: los viajes internacionales estarán entre los últimos sectores en reactivarse. ¿Cómo será el sector de los viajes en el corto plazo y cómo evolucionará para siempre? Esas son preguntas que nos afectan a todos, ya sea que tengamos ganas de volver al trabajo o simplemente de salir.
En números
- US$ 314,000 millones: disminución proyectada en los ingresos de las aerolíneas para el 2020.
- 100,000: número promedio diario de pasajeros examinados por la TSA en los aeropuertos de Estados Unidos en abril del 2020, un 96% menos que el año anterior.
- 86%: personas que postergarían sus viajes aéreos incluso después de que se determine que el coronavirus esta contenido a gran escala.
¿Por qué es importante?
Puede que no sepamos mucho sobre cuándo será seguro volver a viajar internacionalmente, o cuánto tiempo después de eso los países comenzarán a levantar las restricciones de viaje. Lo que sí sabemos es que los viajes serán, en esencia, diferentes en el lugar de destino.
Las aerolíneas, los aeropuertos, las líneas de cruceros y los hoteles deberán desarrollar y adherirse a nuevas pautas sobre distanciamiento social, limpieza y servicio de alimentos. Será esencial la transparencia, que no ha sido la mejor característica de la industria: piense en las pólizas de seguro de viaje ineficaces y las reglas crípticas de protección de pasajeros.
Y las compañías necesitarán cambiar los precios para acomodar a menos pasajeros a la vez, lo que podría hacer que sus vacaciones de verano sean una propuesta costosa, si es que eso llega a suceder.
Observe a los más ricos para ver hacia dónde va el futuro de los viajes no esenciales. Pueden evadir muchos de los puntos críticos después de la pandemia, ya sea a través de la aviación privada o la reserva de hoteles completos que excluyen la necesidad de un espacio compartido. Las soluciones que pueden comprar con su dinero pueden resultar escalables y sus solicitudes pueden reflejar una amplia percepción de los consumidores, aunque incluso los más ricos se verán limitados a los viajes nacionales en el futuro cercano.
Hasta que eso cambie, todos podemos soñar despiertos. De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud, simplemente planear un viaje futuro puede provocar una alegría inconmensurable.
Y si nos aventuramos y ahondamos más, podemos recordar el poder de los viajes, no solo para generar miles de millones de dólares cada día, sino también para apoyar a los negocios de nuestro vecindario, forjar conexiones interculturales y acercarnos a aquellos que amamos.