Cada vez que una persona realiza un viaje, desencadena un efecto dominó del consumo que dirige dólares a aerolíneas, hoteleros, dueños de restaurantes, taxistas, artesanos, guías turísticos y comerciantes, por nombrar algunos.
Cada vez que una persona realiza un viaje, desencadena un efecto dominó del consumo que dirige dólares a aerolíneas, hoteleros, dueños de restaurantes, taxistas, artesanos, guías turísticos y comerciantes, por nombrar algunos.

El impacto de la estancada industria de los viajes, que representa 10% de la economía global, puede llegar a los rincones más remotos del mundo.

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