Carolina Moreno Espinoza
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Luciana Tello Ramírez
luciana.tello@diariogestion.com.pe

Se disculpa por tener todos sus implementos regados por diversas partes del departamento, donde apenas hay espacio para sentarse.

Richard Hidalgo, el primer peruano que hizo cumbre en cinco montañas de más de ocho mil metros de altura sin oxígeno suplementario, ahora parece perder un poco la respiración y sonríe avergonzado al decir que así es la vida de un montañista.

“Yo no permanezco mucho aquí, por eso cuando llego tiro todo por todos lados”, señala.

Llegó por casualidad al montañismo luego de inscribirse en un curso básico. Desde entonces su vida dio un giro de 180 grados, como él mismo describe. Actualmente lleva 25 años practicando el deporte.

Más alta y costosa
Pisar la cumbre del Everest es una de las más grandes quimeras para todo profesional de montaña, pero aparte de la preparación física, también se necesita de un gran presupuesto para cumplir el sueño.
Hidalgo cuenta que tan solo el permiso de ingreso cuesta US$ 10 mil. Además, no se puede acceder por cuenta propia, sino a través de una agencia.

“A ellos también les pagas la logística del campamento base. Por eso esta expedición te puede costar aproximadamente US$ 30 mil”, afirma.

El reloj no es determinante
El deportista indica que los ascensos que ha hecho hasta la fecha no tienen un tiempo estimado en el cual concretarse, ya que cada proyecto es distinto.

“El Huascarán, que es el nevado más alto del Perú, puede tomarte cinco días si estás aclimatado. Pero las expediciones al Himalaya podrían tardar dos meses, aproximadamente”, admite.

Detalla también que su entrenamiento –previo a una ascensión– le toma tres horas diarias. Esta se basa en rutinas de ejercicios funcionales.

“Tres meses antes de una expedición hago un cronograma, en el que me enfoco en las rutinas de mayor altura. Complemento con natación, bicicleta y alguna maratón si no está cerca a la fecha del viaje”, indica.

Además tiene un equipo confirmado por un nutricionista, un traumatólogo, un fisioterapista, una entrenadora y una persona que comunica sus actividades profesionales.

Proyectos ambiciosos
Hidalgo es una persona que necesita estar en constante actividad, por ello se ha propuesto entrar en dos grandes proyectos paralelamente.

El principal, dice, es subir las 14 montañas más altas del mundo, las cuales están por arriba de los ocho mil metros de altura.

“Pero no solo las subo, sino que lo hago sin oxígeno. Así me diferencio de la mayoría de montañistas. Podría decir que es mi diferencial”, señala orgulloso.

Y no es para menos, pues a nivel mundial solamente 20 profesionales han conseguido tal objetivo.

“Ascender con oxígeno es mucho más fácil y, como profesional, eso no es ético. Te facilita mucho las cosas”.

Pero nada es improvisado para el deportista, ya que hay mucho en riesgo, así que necesita de planificación y estrategia.

En cuanto al segundo proyecto que tiene, este se basa en subir las siete montañas más altas de cada continente.

“Por eso subí al Aconcagua, que es la más alta de Sudamérica. También estuve en África, en el Kilimanjaro, y pronto estaré yendo a Rusia, donde está una de las montañas más altas de Europa”, dice.
La idea –afirma– es completar estas hazañas para el 2021, año del Bicentenario.

Los implementos
El experto asegura que la inversión aproximada en equipo de montaña fluctúa entre los US$ 2 mil y US$ 3 mil para tener “lo básico”.

“El equipo que uso es distinto para cada expedición. Si voy al Himalaya o al Everest se requiere de diferentes implementos”, afirma.
Sostiene que las botas que usa para el primer destino –donde ha estado 11 veces– cuestan US$ 1,000 y el traje de plumas otros US$ 1,000. “A parte también se tiene que considerar la bolsa de dormir y la tecnología que llevas”, puntualiza.