Si usted utiliza la contraseña de otra persona para ver Netflix, vaya sacando su tarjeta de crédito.
Netflix probó diferentes estrategias en América Latina el año pasado, y las medidas enérgicas contra el intercambio de contraseñas (o el cobro por compartir) comenzarán en serio en el primer semestre de este año, según personas familiarizadas con los planes de la compañía.
Netflix ha pedido a las personas que paguen para agregar usuarios usuarios o casas a su cuenta. Resulta que la mayoría de las personas preferiría configurar su propia cuenta en lugar de pagar para compartir, y ahora la empresa les dará ambas opciones.
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Netflix tendrá que implementar este plan de manera gradual. No quiere alienar a los clientes obligándolos a obtener un nuevo plan de inmediato. En cambio, les enviará recordatorios cada vez más sugerentes. Si Netflix puede convertir al menos al 10% de los que no pagan, eso significa 10 millones de nuevos suscriptores.
La iniciativa de compartir contraseñas es parte de una nueva era en Netflix, y una nueva fase en la transición de Hollywood hacia el streaming. El analista Michael Nathanson la ha llamado el tercer acto de las guerras del streaming.
En la primera fase, Netflix, Hulu y Amazon ofrecieron bibliotecas infinitas de programas con un gran descuento en comparación con la televisión por cable. En la segunda fase, las empresas de medios tradicionales gastaron grandes sumas de dinero para conseguir clientes a precios inferiores a los del mercado.
Pero la demanda global de nuevo entretenimiento vía streaming ha dejado de crecer, según Parrot Analytics, una firma de datos de terceros que mide el interés en programas que utilizan entradas como la piratería y las interacciones en las redes sociales.
Parrot dice que esto significa que hemos alcanzado un punto de saturación en el mercado. Eso podría ser una exageración, dependiendo de su definición de saturación. Todos los principales servicios de streaming aún agregan nuevos clientes, y las personas pasan más tiempo que nunca en los servicios de streaming.
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Pero casi el 80% de las personas en Estados Unidos ya pagan por al menos un servicio de streaming. Los servicios de streaming más grandes del mundo, Netflix y Disney+, han dejado de sumar clientes en Estados Unidos.
Recibimos la primera señal de esta desaceleración hace un año esta semana cuando Netflix advirtió a inversionistas que su crecimiento se estaba moderando. Ese fue el comienzo de un año brutal para la industria, una niebla que la mayoría prevé que durará al menos otros seis meses.
Netflix actualizará sobre el estado de su negocio el jueves cuando informe los resultados de su cuarto trimestre del 2022. La compañía pronostica una adición de alrededor de 4.5 millones de clientes, su peor cuarto trimestre desde el 2014.
Esta desaceleración es una gran razón por la que inversionistas ahora quieren que estos servicios registren una ganancia. Netflix está feliz de que los inversionistas dejen de fijarse en el crecimiento de suscriptores y, en su lugar, se concentren en las ventas y las ganancias operativas.
Si bien Netflix ya es rentable, la mayoría de los otros servicios de streaming necesitarán un par de años más. Netflix aún genera menos flujo de efectivo libre que la mayoría de sus pares, y necesitará varios meses para que sus nuevas iniciativas (publicidad y uso compartido pagado) tengan un impacto en sus resultados.
Si bien todos los servicios streaming son más cautelosos con respecto al gasto, corren el riesgo de perder clientes si realmente recortan en grande. Es por eso que todos están tratando de ganar más dinero con sus clientes existentes.
Netflix y Disney+ introdujeron publicidad, mientras que todos los principales servicios de streaming, excepto Peacock, aumentaron los precios en los últimos 18 meses.
El peligro para todas estas empresas es que los precios más altos darán lugar a más cancelaciones. Las tasas de cancelación (o abandono) ya están en su punto más alto, según datos de Antenna.