(G de Gestión) Luego de dedicarse al mundo de los vinos, liderando el Club de Cata, Julio Armas presenta a su nueva creación. Bajo el nombre y foto de su madre, que es parte del logo, Julia Arrocería nace como una propuesta donde el arroz es el protagonista. Pero no crea que solo hay arroces. La gastronomía mediterránea se luce con otras preparaciones bien logradas. Croquetas, tortillas, tapas, montaditos y sustanciosas carnes que se deshacen en la boca.
Dupla y fórmula que no tiene pierde
¿Qué pasa si juntas a un gourmand con buen paladar y gran conocedor de vinos con un chef que domina la técnica y posee una gran creatividad? Julio Armas ha fichado para este proyecto a Antoni Rondón, un chef venezolano, de la ciudad costera de Cumaná, con una trayectoria ideal para este proyecto. Ya en Lima, el talento de Rondón lo llevó a ser jefe de cocina del restaurante de comida española Don Felipe y luego, a trabajar en La Gloria.
Para dar a conocer esta nueva propuesta, Armas dio un almuerzo en el que presentó, junto a su chef, un banquete infinito, maridado con acertadas elecciones. La experiencia gastronómica comenzó con unos mejillones y aceitunas en escabeche, acompañados con un vermouth Alvear. Boquerones de pejerrey, apenas curados y un pulpo a la gallega que llegó tibio y suave a la mesa, junto a un fresquísimo Albariño de Abadía de San Campio.
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Para el maridar de las croquetas, una cava de Pinot Noir, Lola Rosé Brut Reserva de Canals&Munné. Luego, una tortilla clásica de patatas, húmeda por dentro. En su carta también hay una versión de tortilla al estilo riojano, con chorizo de sarta y pimientos de piquillo.
Rondón también se luce en el manejo de sus carnes de larga cocción, como el cochinillo a la segoviana, el cordero al horno o el rabo de toro en salsa de vino tinto. Las carnes estuvieron acompañadas de dos vinos de carácter, un Zinio Reserva y un Balbás Reserva. Este último complejo con aromas a frutos negros maduros y pimienta negra.
El protagonismo absoluto lo tuvieron los arroces, preparados al momento en paelleras de acero, conforme a la tradición. Desde el arroz del campo con pollo de granja, bondiola, chorizo, habas y holantao, hasta el arroz negro con tinta de calamar y langostinos de buen tamaño en su punto de cocción.
En la presentación de una carta mediterránea no podía faltar una fideuá de mariscos. Una especialidad de Gandía, muy típica en toda la Comunidad Valenciana. Se cocina en una paellera pero en vez de usar arroz en su preparación, se hace con un tipo de spaghetti muy fino y troceado. Cocido en un caldo de mariscos, absorbe todo el sabor del mar. ¿Qué mejor acompañamiento, para los arroces y la fideuá, que una cava? La elección fue una ADN Gran Reserva Brut de Canals&Munne. La tarde terminó con un postre simple y refrescante: unos higos al ron con helado casero de coco.
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Dato
- Para este 2024, Julia Arrocería atenderá en el formato de catering y delivery, pero proyecta abrir un local el próximo año.
Estudió Administración de empresas en la U. de Piura. Cuenta con más de 10 años de experiencia en el mundo editorial, en los que ha escrito para medios como Revista G de Gestión, Gestión, El Comercio, Semana Económica, El Trinche, Revista Macondo (Barcelona), Cosas, Revista J, entre otros. Tiene una maestría de Escritura Creativa en la PUCP.
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