El sector de las tecnologías financieras ha crecido durante los dos últimos años en el país y, aunque sus cifras todavía se consideran bajas si se comparan al resto de la región, son indicativo de una amplia oportunidad de desarrollo. Para la Asociación de Emprendedores Digitales del Perú (Asedi), ello se ve respaldado por las más de 150 empresas que funcionan hoy en el rubro.
Según la misma organización, los ocho tipos de fintechs que más se han desarrollado son las de gestión de finanzas empresariales, tecnología de seguros, gestión de finanzas personales, financiación colectiva, calificación de créditos, medios de pago, cambio de divisas y financiamiento, siendo las principales las tres últimas.
“El sector es muy amplio y tiene distintas verticales, lo que ha provocado que el mercado laboral empiece a ofrecer oportunidades más diversas”, señala Juan Antonio Cabanas, líder de la vertical Fintech de Asedi. Para Cabanas, entre las principales ventajas que tienen los profesionales que trabajan en start ups destaca un ambiente más horizontal que el corporativo y que la flexibilidad suele ser un elemento crucial en la organización del trabajo.
Según Diego Morales, CEO de Trii, una fintech latinoamericana integrada a las bolsas de valores locales, los perfiles de profesionales “clásicos”, como de administradores, ingenieros o abogados, no pierden su importancia en las estructuras laborales de las start ups. Sin embargo, sí existe un nuevo mercado de perfiles de tipo más tecnológico que están asociados a una serie de habilidades que previamente no se consideraban necesarias.
“Por un lado está la rama de desarrollo, que está conformada por todos los profesionales que hacen realidad una app, una web o el elemento tecnológico que soporte la fintech. Son roles con funciones críticas que requieren de mucha experiencia y estudios especializados”, detalla Morales.
Además, añade que el área de diseño es igualmente importante. Esta está formada por los profesionales que aterrizan lo que busca el usuario final en una plataforma, diseñan las pantallas y los flujos que seguirá el cliente y se asegura que la experiencia de este sea la mejor posible.
En este apartado resaltan los profesionales dedicados al UX, que es la experiencia del usuario y el conjunto de factores relativos a la interacción entre este y su entorno digital y la UI, que es el diseño de interfaz de usuario y se centra en la apariencia externa de las interfaces en todo tipo de sistemas.
Cambios de rol
A estos nuevos puestos se unen algunos roles complementarios que, en empresas tradicionales, solían tener funciones más limitadas. Por ejemplo, el puesto de Chief Technology Officer solía estar ligado a sistemas e infraestructura tecnológica, pero ahora trabajan de la mano de los Jefes de producto en el desarrollo digital de la compañía.
También ha aparecido el rol de Chief Digital Officer, que está a cargo del producto y lideran la rama de desarrollo y diseño para garantizar la excelencia del producto y la experiencia.
“Lo que nos dimos cuenta en Trii es que hay roles de importancia vital en las fintechs, como el Jefe de producto. Por ejemplo, un buen profesional en el departamento de finanzas trae 2 o 3 veces más resultados que una persona promedio; en tecnología ese ratio se eleva a 5 o 10 veces. La diferencia es exponencial y es clave tener al mejor talento construyendo esa tecnología para que sea robusta, solida y confiable”, detalla Morales.