Con la creación de la primera bicicleta estática en 1987 se modificaron las rutinas de ejercicios alrededor del mundo y se masificó la compra de máquinas deportivas dentro del hogar. Su premisa original: quemar 500 calorías en una sesión de 45 minutos es el punto de partida para el indoor cycling, una disciplina que destaca por hacer del entrenamiento una actividad más social.
“Lo que diferencia al spinning tradicional del indoor cycling, que es lo que practicamos en Síclo, es que el primero imita más a una bicicleta de pista trabajando el tren inferior, mientras que el segundo se basa en una coreografía al ritmo de la música donde trabajas no solo todo el cuerpo sino también la mente y el alma”, precisa el CEO de la compañía, Santiago De Aubeyzon.
El boom de este entrenamiento en la capital coincide con el final del confinamiento que provocó la pandemia: a diferencia de un gimnasio, en el que cada uno entra y trabaja de manera individual, el indoor apuesta por formar una comunidad con sus participantes.
Después de meses de aislamiento, estimular el sentido de pertenencia y reforzar los vínculos sociales se convirtió en una necesidad que esta disciplina supo cubrir. Aparte de trabajar todo el cuerpo, las clases son un espacio de interacción en el que los participantes pueden deshacerse del estrés y sus preocupaciones.
Tendencia
Síclo llegó al país en enero del 2020, pero debido a la pandemia tuvo que cerrar sus puertas al público a los dos meses de haber iniciado sus operaciones. Desde su reapertura en abril del 2021, los participantes de sus clases tienen un crecimiento mensual del 35%.
“Consideramos que nuestros coaches son rockstars: aparte de ser personas que dominan la disciplina, buscamos que nuestros colaboradores sean personas inspiradoras que hagan de una clase una experiencia transformadora”, comenta De Aubeyzon sobre la importancia de los instructores. El rol de estos y el ambiente -”es una sala oscura en la que nadie te juzga”- son clave en el crecimiento de esta tendencia.
Un año y medio después de su reapertura, la compañía tiene dos locales más en la ciudad, apunta a abrir el cuarto a fines de año y extenderse a otros países de Latinoamérica.
Experiencias
Para María Paz León, CEO y master coach en el estudio de indoor cycling Boost, la clave de este tipo de centros frente a los gimnasios convencionales es el factor motivacional. “Siempre decimos que los riders vienen más por las endorfinas y la sensación de satisfacción al terminar la clase que para quemar calorías”.
Además, señala que estos espacios funcionan bajo la premisa de celebrar una fiesta en la bicicleta y desarrollar una mecánica colectiva.
El dato
Salud. Una de las principales ventajas del indoor cycling es que se trata de un deporte de bajo impacto, por lo que no conlleva el riesgo de lesionar las articulaciones. Además, es un ejercicio cardiovascular que puede ser de alta o baja intensidad, dependiendo de lo que busque el usuario.