(G de Gestión) Cada vez son más los establecimientos en Lima que le rinden culto. Preparados con granos seleccionados, con una absoluta trazabilidad del producto, ofrecen cafés extraídos con diferentes técnicas. Ya no se trata solo de una bebida cuando viene acompañada de una experiencia completa, en que la comida, el ambiente y la atención importan.
“Tiene un cuerpo medio, su acidez es brillante y equilibrada”, resalta el barista sobre el espresso que acaba de prepararme. Si a usted también le han descrito su café como si de un vino se tratara, puede que haya estado en una cafetería de especialidad sin saberlo.
Fue en 1974 que Erna Knudsen, en una edición de la revista Tea & Coffee Trade Journal, utilizó por primera vez el término “cafés de especialidad” para relatar cómo los granos producidos en microclimas específicos y con características de sabor únicas se han ganado el interés de los consumidores y han convertido cada sorbo en un lujo. Las cafeterías de especialidad empezaron a proliferar en diferentes ciudades de Estados Unidos, como Seattle, Portland, San Francisco y Nueva York, y pronto se convirtieron en un movimiento global. Lima también presenta cientos de espacios así, por lo que es casi imposible escoger los mejores.
Aquí compartimos una selección de algunos lugares que debería visitar.
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D’Sala caffé: como en la sala de tu casa
Alessandra Sala y su papá disfrutaban de tomar café juntos, y esa fue la tradición que los empujó a compartir su pasión con otras personas. “Buscamos ser la segunda sala más rica de tu vida, porque sabemos que la primera es la de tu hogar”, comenta Alessandra, fundadora de la marca. Ofrecen diferentes tipos de café: Timbuyacu y Mendoza de Amazonas, y La Flor de Cajamarca. También tienen un espresso blend que combina café de Amazonas y Villa Rica. Tras diez años de trayectoria, ya poseen cuatro locales en San Isidro y uno en Surquillo. “Viajo con frecuencia a las fincas de café a evaluar la calidad, a buscar nuevas variedades y, principalmente, a seguir cultivando la amistad con nuestros caficultores, pues sin ellos no estaríamos aquí”, manifiesta. Su espacio, además de una buena taza humeante, cuenta con uno de los mejores croissants de la ciudad y un cruffin de almendras que hace que uno se olvide de las calorías.
Neira Café Lab: del carrito cafetero al imperio
En las vacaciones, Harry Neira iba a visitar a su abuela a su finca en Culebreros, al norte del Perú. Ahí germinó su amor por el grano aromático. “Mi abuela no solo lo cultivaba: también hacía pan. Recolectábamos huevos y preparábamos queso. Fue una época muy gastronómica de mi vida”, recuerda. En esos campos nació su mística —muy genuina—, que lo llevó a Lima a estudiar gastronomía y a trabajar como barista. Pronto tuvo su primer carrito de café, con el que atendía en eventos. Hoy lleva siete años en el negocio cafetero con cuatro carritos, cinco locales y una consultora B2B. Además, asesora negocios y exporta café de origen y blends a lugares tan remotos como Suecia, Japón e Islandia. “Ahora tenemos 25 variedades de café de diferentes zonas. Como país cafetero, nuestro potencial es mayor que el de Colombia”, afirma, aunque reconoce que todavía nos falta un trecho para lograr volúmenes.
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Cofijaus
Janice Marusic y Eduardo Aranzaens se fueron de viaje a Melbourne y vieron de cerca el boom de los cafés de especialidad. Sitios acogedores en zonas residenciales, donde el usuario no necesitaba recorrer mucho para disfrutar de una buena taza. Hasta ese momento, el Perú no tenía una propuesta similar. “Entonces pensamos que sería divertido hacerlo nosotros”. Al regresar de Australia empezaron con el proyecto. Hoy tienen dos locales en Miraflores y piensan abrir más. Tratan de explorar diferentes variedades y blends, y ofrecer distintos métodos de extracción. “La clave de nuestra propuesta es encontrar excelentes proveedores, los mejores en su línea”, aseguran. Además de la bebida estrella, tienen deliciosos sánguches calientes, quiches, empanadas, galletas y otros antojos. El negocio está en su mejor momento.
Finisher Sport Café
La historia de este café no comenzó en una taza. “Queríamos un lugar donde llegar y tomar desayuno después de hacer deporte”, cuenta Franco de los Ríos. Así nació Finisher, que fue la sensación en la reciente edición de la Maratón de Lima. Corredores de otras partes del mundo se tomaban fotos en la pared de su local en Miraflores, llena de medallas y números de maratones. Ofrecen cafés de especialidad y comida saludable, pero también contundentes combos pensados en los que quieren darse un premio después de haber entrenado. Una de las cosas que más llaman la atención de Finisher es su enfoque en las necesidades de los deportistas; por ejemplo, hay duchas y un espacio para que puedan guardar sus cosas mientras disfrutan de una taza de café.
Caleta Dolsa Coffee
Todo empezó en el 2018, cuando Barbara Fletcher y Ferrán True vinieron de Barcelona a vivir a Lima y quisieron crear un ambiente muy familiar que les recordara las calas de la Costa Brava. “Quería un lugar que te hiciera sentir que estás en un verano eterno”, dice Barbara. Allí brindan café Mayu, traído de Ollantaytambo. Los postres más pedidos son los oatbars, y los queques de plátano y de zanahoria. También hay smoothies, açaí bowls y tostones. Ya tienen un local en Barranco y otro en San Isidro, pero la expansión continuará en Miraflores y en El Polo.
Desde la tradición familiar hasta la pasión por el café, cada uno de estos lugares aporta una experiencia única donde se tejen historias alrededor de una aromática taza.
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Estudió Administración de empresas en la U. de Piura. Cuenta con más de 10 años de experiencia en el mundo editorial, en los que ha escrito para medios como Revista G de Gestión, Gestión, El Comercio, Semana Económica, El Trinche, Revista Macondo (Barcelona), Cosas, Revista J, entre otros. Tiene una maestría de Escritura Creativa en la PUCP.
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