Detrás de una sonrisa fácil cuando habla de Matria, su local, la chef Arlette Eulert admite que no ha sido sencillo llegar hasta ahí. “Un restaurante no es solo cocinar. Se va aprendiendo a patadas en el camino. Lograr la ansiada estabilidad toma tiempo”, indica.
Matria ya tiene cinco años y su aniversario coincidió con la distinción que obtuvo Eulert en la última edición de los premios Summum, donde 594 expertos y críticos gastronómicos la eligieron como la Mejor Chef Mujer del Perú.
“Agradezco el premio porque ayuda a empoderar a las mujeres, pero creo que en algún momento debería dejar de ser una categoría aparte. Trabajamos las mismas horas que un cocinero y merecemos competir de igual a igual”, sostiene.
Todo es composición
Muchos años antes de abrir Matria, Eulert estudió Arte en el Perú y luego en España. Mientras más avanzaba en la carrera, sus amigos y ella misma se daban cuenta de algo.
“Pasaba más tiempo cocinando que pintando. Cuando cada lunes llegaba a la universidad, mi tema de conversación era lo que había preparado el fin de semana”, recuerda.
Entonces volvió a Lima para dedicarse completamente a la gastronomía. Pasó a La Mar, El Mercado y Rafael, a la par que estudiaba nuevamente. El tiempo, sin embargo, le ha enseñado que sus dos aficiones no están desconectadas.
“Cocinar es una forma de arte. Los insumos son colores y sabores. Uno tiene que componer en el plato”, afirma.
Esa es una de las razones por las que ha bautizado a Matria como un establecimiento de cocina creativa.
Prefiere reinventarse y mirar hacia la biodiversidad que ofrece la costa, sierra o selva y elaborar platos a base de lo que la Madre Tierra (de ahí el nombre de Matria) provee en cada estación.
Desafíos
Arlette recuerda que cuando llegó a la cocina de Rafael era la única mujer. “Pasa en todos los rubros”, acota. Sin embargo, sostiene que ellas siempre, por historia, han estado ligadas a la gastronomía.
Menciona a las picanteras y las anticucheras como ejemplo.
“Las mujeres cocinamos porque nos hace felices. No nos importan si nos ven, si nos critican. Los hombres lo hacen hacia afuera. Tal vez como una cuestión de ego”, señala.
También se explaya sobre la llamada nueva generación de cocineros peruanos.
“Ha sido difícil para todos, sin importar la edad. Si bien antes no había muchos restaurantes y no existía la costumbre de salir a comer a la calle por el contexto social, hoy hay demasiados locales. Todo el mundo cree que es el negocio del siglo”.
En otra patria
Luego de haber logrado la estabilidad y haber aprendido cómo funciona el negocio en la capital, Eulert ya piensa llevar la marca al extranjero. Admite que abrir un restaurante peruano en otro país es difícil por el tema logístico, que es la falta de insumos.
“No obstante, con la biodiversidad de estación de cualquier país puedes hacer un Matria con sazón peruana en otros lugares. A eso apuntamos en el futuro”, detalla.
Los países que evalúa para el nuevo Matria son Chile y Panamá, aunque todavía no hay nada definido.
Lo ideal, según Eulert, sería hacerse cargo ella misma de la cocina del nuevo local.
“Quisiera estar un tiempo allá y otro acá para que no se me escape de las manos el proceso creativo”. Eulert podrá confirmar la noticia el próximo año.
Opciones para degustar una carta variada
Propuesta. Matria no ofrece un menú degustación. Sin embargo, la chef Arlette Eulert señala que se le brinda a los comensales la opción de ordenar medias porciones o pedir unidades (en algunos platos) para que puedan probar toda su propuesta.