Verano es mar. Y en nuestras mesas, ni se diga. Pero no tiene que ser siempre lo mismo: la cocina peruana hace maravillas con pescados y mariscos, pero el toque nikkei puede elevar un pez de roca o mar abierto, un pulpo o unos caracoles a un nivel que roza lo sublime. La fusión peruana japonesa está firmemente arraigada en nuestra gastronomía y templos como Costanera 700, Maido u Osaka, así lo confirman (a mi me gusta mucho Tomo, también en Miraflores). Sin embargo, hay alternativas mucho más cercanas al barrio o a la oficina, y El Tío Dario es una de ellas.