El deporte en América, que paró temporalmente su actividad a mediados de marzo ante el avance del Covid-19, en abril cambió su rumbo, incluso poniendo fin a ligas y grandes torneos por orden de gobiernos mientras federaciones y deportistas se alistan para resistir una brutal crisis económica.
“Es la situación más dramática que hemos vivido desde la Segunda Guerra Mundial, no deberíamos infravalorarla. Tenemos que ser realistas, el fútbol solo es posible si el contacto es posible de nuevo”, manifestó al cierre del cuarto mes del año Michel D’Hooghe, presidente del Comité Médico de la FIFA.
Con estas palabras el doctor belga salió al paso de organizaciones en Europa como la Bundesliga y la Premier League que presionaban la vuelta a las canchas, como tarde a comienzos de junio.
Pero su opinión científica dada sobre uno de los más deportes más mediáticos en el mundo, dejan una señal de alerta que podría ser considerada en otras disciplinas de contacto y de seguimiento masivo.
“El mundo no está preparado para que vuelva el fútbol competitivo”, enfatizó el médico, que “como pronto”, ve el 1 de setiembre como referencia para que el balón vuelva a rodar en las canchas de todo el mundo.
Desde su sede en Paraguay la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) envió el día 28 una asistencia a cada uno de sus 10 países miembros por US$ 1.4 millones.
La cercanía del invierno en algunas de estas naciones, o de periodos de bajas temperaturas en las demás juegan a favor de la propagación del coronavirus y es por esto que comienza a ganar espacio la idea de que los principales torneos: Copa Libertadores y Copa Sudamericana, se reanuden hacia agosto o septiembre.
De confirmarse la previsión, estas competiciones tendrían su desenlace en el 2021.
Pero aquí no queda todo resuelto ya que los equipos participantes tendrán que estar en condiciones físicas y deportivas óptimas para volver a la actividad, y no es un detalle menor que las fronteras de los países tendrán que estar abiertas para los viajes en la región.
La incertidumbre tiende a dificultar cualquier planeación sobre el final del año pues en el panorama continental se perciben dos tendencias: desde los directivos que plantean la cancelación de la temporada, hasta los que buscan acelerar el regreso, en clara oposición al plazo prudente anunciado por el doctor D'Hooghe.
Mientras el fútbol argentino, por ejemplo, puso fin abrupto a la temporada 2019-2020 y descartó los descensos de categoría al menos hasta el 2022, en Brasil la Liga sigue en suspenso pues la CBF aún no se ha manifestado sobre la posibilidad de descartar el mes de mayo y trasladar el comienzo a junio.
Otros riesgos, otros caminos
El baloncesto profesional en Estados Unidos (NBA) anunció el día 27 la apertura de las instalaciones de entrenamiento de las 30 franquicias a partir del 8 de mayo, una semana después de la primera fecha prevista.
Este es el primer paso para finalizar la temporada 2019-2020 pero muchas condiciones favorables deben sumarse hasta entonces.
Los jugadores podrán volver a trabajar en la cancha, aunque los entrenamientos serán voluntarios e individuales, y en ningún caso en grupo.
Panorama distinto para la Major League Baseball (MLB), que terminó abril con debates internos sobre la conveniencia de dividir a sus 30 equipos en tres divisiones regionales para reducir los viajes durante la pandemia.
Otro proyecto apunta a que los equipos comiencen jugando en estadios vacíos y luego, si las condiciones sanitarias resultan favorables, permitir partidos con un reducido porcentaje de asientos vendidos.
El comienzo de las Grandes Ligas estaba programado para el 26 de marzo, pero ahora se proyecta hasta mediados de mayo, aunque antes los organizadores tendrán que confirmar que los 1,200 jugadores involucrados alcancen a disponer de tres a cuatro semanas de entrenamientos.
Cualquier plan estaría sujeto al visto bueno de las autoridades sanitarias más el consentimiento de las federales, estatales y locales.
La Liga también está evaluando la posibilidad de expandir sus 'playoffs' más allá del formato actual de 10 equipos. Esto es, hasta noviembre o diciembre, utilizando estadios en ciudades de clima cálido.
Fútbol americano
Quizá la situación menos compleja la vive el fútbol americano. La temporada de la NFL está prevista para comenzar en septiembre y aun así, la organización tiene a la mano otra hoja de ruta a partir del 15 de octubre.
De activarse el Plan B, el Super Bowl se retrasaría hasta el 28 de febrero, se eliminaría el Pro Bowl o partido de estrellas, y ninguno de los 32 equipos tendría semanas de descanso pues jugarían todos los domingos para mantener un ajuste perfecto de calendario.
Mucho antes, este 7 de mayo, el panorama deberá quedar despejado cuando el comisionado Roger Goodell entregue el calendario oficial.
Los juegos del vídeo, nueva realidad
En la última semana de abril el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el alemán Thomas Bach, abrió las puertas a los deportes electrónicos y los definió como una nueva oportunidad gracias a la ‘distancia social’, por lo que animó a los 206 comités nacionales a darles un impulso.
La Liga mexicana de fútbol ya había dado pasos agigantados desde comienzos del mes para llenar el vacío dejado por la suspensión de su torneo Clausura, cuya reanudación aún no está definida; y en los últimos días Colombia y Bolivia activaron su eLiga.
La Nascar, la competencia de ‘stocks cars’ más comercial del mundo, ha tratado de mantener la expectativa de su público mientras vuelven a rugir los motores en las pistas con su serie de deportes electrónicos lanzada a finales de marzo, la eNascar iRacing Pro Invitational Series.
Después de cinco semanas de carreras virtuales, la serie ha cautivado una gran audiencia mientras vuelve la acción el 17 de mayo con dos carreras en tres días en el Darlington Raceway en Carolina del Sur, aunque sin público en las tribunas.
Cinco días después está programado otro doble título en Charlotte Motor Speedway, con el Coca-Cola 600, seguido de una segunda carrera en la pista el día 27.
Nascar ha pospuesto ocho carreras en lo que va de la temporada debido a la pandemia mundial del Covid-19. La serie tiene la intención de correr las 36 carreras de la Nascar Cup Series este año, lo que explica programas de carreras dobles y entre semana este verano.