Tras nueve meses sin conciertos, todo parece indicar que estos volverán pronto. Así lo anunció Alejandro Neyra, ministro de Cultura, hace unos días. Estos tendrán un aforo reducido y diferenciado para espacios abiertos (60%) y cerrados (40%), además de la prohibición de la venta de alcohol.
Conversamos al respecto con los empresarios detrás de las productoras de espectáculos musicales para conocer sus expectativas sobre este nuevo escenario.
Arriesgarse o no
Jorge Fernández, socio director de Move Concerts Perú, sostiene que la noticia es positiva, pero brinda algunas observaciones. “No traería artistas internacionales porque hay que pagar pasajes aéreos, hotel cinco estrellas y los honorarios son más altos. Si me preguntan, yo no me arriesgaría”, señala el artífice de traer al Perú a bandas como Soda Stéreo, Aerosmith y Depeche Mode.
“La incertidumbre sobre la pandemia se reflejará en la compra de entradas de consumidores con la economía golpeada”, sostiene también Pepe Velásquez, CEO de Veltrac Music, quien enfatiza que no se puede planificar un evento con elevado riesgo financiero y donde todo depende de los costos de la cadena de valor, los cuales “aún están en el aire”.
Pues para el productor, se deberían flexibilizar los precios de alquiler de locales más grandes para llevar al aforo esperado u ofrecer incentivos tributarios a los arrendatarios.
“Si antes era riesgoso, ahora es un suicidio hacer conciertos en estas condiciones, sobre todo por los impuestos que se deben pagar al Estado”, sentencia Alejandro González, CEO de Kandavu Producciones.
Espacios abiertos
Fernández sostiene que, con esta medida, los empresarios voltearán a mirar los espacios abiertos con los que cuenta Lima, que no son muchos. “Explanadas que antes no se usaban, como la del Estadio Nacional o la del Coliseo Dibós… ¿por qué no usarlas?”, se pregunta. “Antes no se usaban por los vecinos, pero ahora todos tenemos que comprender”, agrega el productor.
Asimismo, insta a los administradores de estos espacios, como el IPD y la Municipalidad de Lima en el caso del Parque de la Exposición, a ser más justos con los precios de alquiler. “Si se quiere dinamizar esta industria, tenemos que ajustarnos a los bolsillos de los consumidores. El público se ha quedado sin trabajo o está ganando solo el 50% y, por lo tanto, hay que cobrarles menos. Todo tiene que ser coherente”, explica.
Por otra parte, la productora Veltrac solía realizar mayormente conciertos con aforos de 1,000 a 2,000 personas en espacios cerrados por ser parte de la estética y experiencia cercana que se busca en los eventos de música indie. Por lo tanto, esta opción no es viable para todos los géneros.
Artistas locales y streaming
Más allá de apostar por los conciertos presenciales, Fernández manifiesta que la industria del live streaming está en crecimiento y es un buen momento para consolidarla. “No es lo mismo, claro, pero tiene otras fortalezas como verlo desde la comodidad de casa. Las entradas para este tipo de shows, además, están baratas. Cuestan 10 veces menos y no tienes que gastar en movilidad, puedes comprar una botella de vino y verlo entre varias personas. Este es el momento de consumir y de posicionarse en el live streaming”, afirma.
Velásquez concluye que el reto será para los organizadores y la oportunidad para el mercado local de artistas. “Se deben poner las pilas y entregar shows diferenciales. La pregunta es: ¿Hay suficiente talento nacional con poder de venta de entradas como para poner tanta presión a la taquilla?”.