El pasado 15 de julio, el Inter Miami vivió un día inolvidable con el anuncio oficial del fichaje de Leo Messi. Sin embargo, horas después volvió a su terrible realidad futbolística cayendo 3-0 frente al St. Louis City, lo que suponía su undécimo partido seguido sin ganar en la liga (ocho derrotas y tres empates).
Colista de la Conferencia Este en la MLS, el conjunto de rosa volcó toda su ilusión en Messi, en la llegada de sus excompañeros en el Barcelona Sergio Busquets y Jordi Alba y en lo que pudiera aportar desde el banquillo Gerardo ‘Tata’ Martino.
Pero ni siquiera los más optimistas, soñadores o ilusos en Miami podían imaginar que poco más de un mes después el conjunto de Florida iba a levantar el primer trofeo de su historia culminando una metamorfosis increíble con siete triunfos en siete partidos en la Leagues Cup.
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De la mano de un Messi arrollador, con una ambición inagotable y que para nada ha llegado a EE.UU. de vacaciones o de jubilación anticipada, el Inter Miami conquistó este sábado la Leagues Cup al vencer en la final al Nashville en los penaltis tras un partido tremendamente emocionante (1-1, 9-10 en la tanda).
El genio de Rosario, elegido mejor jugador de la Leagues Cup, fue el máximo goleador del torneo con un registro apabullante de diez tantos en siete encuentros, incluidos algunos goles preciosos y maravillosos dentro del ya de por sí impresionante catálogo del 10 de la Albiceleste.
Muy feliz en Miami y totalmente adaptado a su nueva vida, Messi no solo le ha dado el primer título al conjunto que posee David Beckham junto a los hermanos Mas sino que, de paso, selló su trofeo número 44, con el que iguala a Dani Alves como el futbolista con más copas de la historia.
Un estreno ideal y una guinda perfecta
Si no fuera porque los guionistas en EE.UU. llevan meses en huelga contra los gigantes del cine y la televisión, alguien podría pensar que la aventura de Messi en el Inter Miami está escrita como una película de Hollywood.
Parece mentira pero no ha pasado ni un mes de ese memorable 21 de julio en el que Messi pisó por primera vez el campo del DRV PNK Stadium con la camiseta rosa del Inter Miami.
Aquel día con multitud de famosos y estrellas en las gradas (LeBron James, Serena Williams, Kim Kardashian, Becky G, Gloria Estefan...) vio al argentino entrar como suplente en la segunda parte.
Lo normal es que su aparición en el campo hubiera sido el momento estelar de la velada, pero Messi se sacó de la chistera en el minuto 94 un delicioso gol de falta con el que el Inter Miami derrotó por 2-1 al Cruz Azul.
Ya con la ‘Messimanía’ vibrando en cada esquina de Miami (y en buena parte del país), el siete veces Balón de Oro se dedicó a encadenar dobletes mientras su equipo no dejaba de crecer y de ganar.
Así, Messi solo necesitó 22 minutos para firmar dos dianas contra el Atlanta United de su compatriota Thiago Almada, que acabó goleado por 4-0.
La magia de Messi contagió de forma asombrosa a todo el equipo, tanto que jugadores que antes deambulaban por el verde sin pena ni gloria de repente se veían capaces de todo. Ahí destacaron, por ejemplo, el finlandés Robert Taylor y el venezolano Josef Martínez, muy engrasados en el ataque comandado por Messi, o jóvenes talentos como el argentino-estadounidense Benjamín Cremaschi.
Aun así, la columna vertebral de este Inter Miami campeón la formaron Alba -que debutó en las rondas eliminatorias-, Busquets -que también se estrenó contra el Cruz Azul- y Messi.
Con dos nuevas dianas de su estrella, el Inter Miami se llevó el derbi de Florida en los dieciseisavos de final por 3-1 frente a un Orlando City cuyo entrenador, el colombiano Óscar Pareja, aseguró que Messi tendría que haber sido expulsado.
Más duro aún fue su duelo contra el Dallas, un partido en el que el Inter Miami caminó a la pata coja y con una venda en los ojos por el mismo borde del precipicio.
Con 4-2 abajo en el minuto 80 frente a un Dallas liderado por el argentino Alan Velasco, el Inter Miami se salvó de la eliminación gracias a un tanto en propia puerta de Marco Farfán y otro gol mayúsculo de falta de Messi, su segundo de aquella noche.
Ya con el 4-4 final, el Inter Miami se sacó el billete para los cuartos desde el punto de penales en un desenlace milagroso (3-5).
Tras semejante susto, sus partidos de cuartos contra el Charlotte (4-0) y de semifinales frente al Philadelphia Union (1-4) resultaron mucho más apacibles.
Pero por el camino, Messi y el Inter Miami siguieron sumando logros, ya que el argentino anotó en Filadelfia el gol más lejano de su trayectoria (más de 32 metros) mientras que su equipo arrasó el Subaru Park del Philadelphia Union, uno de los campos teóricamente inexpugnables de la MLS, con un demoledor 0-3 al descanso.
Solo faltaba un obstáculo por sortear -a domicilio- para la gloria: el Nashville de Hany Mukhtar (MVP y máximo goleador de la MLS en 2022).
Messi golpeó en la final con un soberbio gol en la primera mitad pero el Nashville igualó en la segunda parte con un tanto en propia de Drake Callender tras un córner con varios rebotes.
Con ocasiones para los dos equipos en el desenlace y los penales finalmente como jueces, el título también podría haber sido para el equipo de la capital del country. Pero el destino parecía escrito y nada se interpuso en la -por ahora- perfecta historia de Messi en Miami.
Fuente: EFE
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