Coqui Fernández
Coqui Fernández

Depeche Mode. Aerosmith. Radiohead y un extenso etcétera. En toda su carrera como empresario de conciertos, Coqui Fernández ha sido el artífice de hacer aterrizar en suelo peruano, al menos, 155 artistas.

Declara que su melomanía se remonta a cuando tenía ocho años y que, por tanto, para sobrevivir en este mercado es necesaria la intuición.

En lo que va del 2019, Move Concerts ha confirmado unos cinco shows. ¿­Cómo han sido estos meses?
El 2018 fue el peor año de mi carrera como empresario. Con Move veníamos creciendo sostenidamente hasta el 2017 y, de pronto, por exagerado entusiasmo, registramos un récord de contrataciones con 13 artistas, y tuvimos siete pérdidas.

¿El Mundial de Fútbol los golpeó?
Sí. Se estima que 40,000 limeños viajaron a Rusia. De esa cifra, entre 10% y 15% correspondía a nuestro público. El target del fútbol es muchas veces el mismo que va a conciertos.

¿El mercado peruano se altera rápidamente con cualquier variable?
Con lo del Mundial, la respuesta es sí. Y, segundo, la incertidumbre política. Kuczynski renunció el día de nuestra mayor ambición: Katy Perry.

¿El arranque del 2019 contrasta con el término del 2018?
El 2019 ha tenido el arranque más brillante de la carrera de Move. Con Interpol se acabaron las entradas, con OMD casi una hora previa al concierto. Los Arctic ya vendieron casi el 80%. Tanto Passenger como Shawn Mendes se perfilan para un sold out.

¿El mercado de conciertos es azaroso?, ¿deja en rojo tan pronto como en azul?
Dicen que este mercado no tiene patrón, que es impredecible, una ruleta. Aquí no pierdes US$ 20,000 en una noche, puedes perder una casa. Habría que ser loco para ser valiente (risas).

¿Cómo dar en el blanco?
Nosotros nos esforzamos por olfatear y medir bien el mercado. Así, minimizamos el riesgo. Creo que en este mercado el empresario necesita tener eso desde niño. Si no, corre riesgo de desaparecer. Hay una seguridad muy inconsciente que te la da esa intuición.

¿Ahora la asistencia se ha sincerado?
Hasta antes del 2012 éramos un mercado de estadio, porque no habían venido sus artistas, y las primeras veces eran un furor. Ahora ya vinieron casi todos, no hay tanta moda. Pero no quiere decir que el mercado haya muerto, quedan los verdaderos fans.

¿Hay más bandas de nicho?, ¿Spotify tiene responsabilidad en eso?
Sucede que hasta los 90, artista que no pasara por una disquera no existía. Ahora Internet lo ha atomizado. Es el nuevo mercado de las miles de bandas: no llenan un estadio no por calidad sino porque son muchas.

¿Cuántos shows más planean este año?
Hemos cerrado un segundo contrato, con Interbank por tres años más. Mínimo tenemos que hacer diez shows anuales. Ya vamos seis y acabamos de confirmar dos más que no puedo anunciar, para agosto y noviembre; uno es una reunión.

¿Tener un respaldo regional les otorga mayor poder de negociación?
Move es esa transnacional que nos permite ofertar en bloque por ciudades (en Brasil, Argentina, Colombia, Costa Rica y Puerto Rico). Mientras más integren la gira, los costos comunes se dividen entre tal cantidad.

¿Cómo se incrementan sus costos ante la escasez de infraestructura adecuada?
A diferencia de plazas donde ya tienen un Arena y no gastan en armado, aquí desembolsas cerca de US$ 300,000 si haces un show en Jockey o hasta US$ 110,000 si es en Explanada de Parque de la Exposición.

¿Cómo puede afectar esto?
En que haya artistas que dejen de venir, las entradas sean más elevadas frente a otros países o que el riesgo sea tan alto que termines perdiendo.

¿Es una competencia entre plazas?
Sucede que, por ejemplo, si presupuestas esos US$ 300,000, otra ciudad, como Santiago, va a poder hacer una oferta más fuerte porque no tienen ese gasto. El artista a veces escoge, no siempre va a todas las plazas. Este es el mercado de la subasta.

¿Somos una plaza con un potencial de tener festivales de talla internacional?
Nosotros tentamos en el 2012 el Lollapalooza, y nos dijeron que el mínimo para que su franquicia esté en Lima eran dos fechas, con no menos de 60,000 personas cada una. Y yo aún digo de dónde las sacas, si la media del festival emblema es de 35,000.

¿La radio influye?
Vivo por el rock hace bien su negocio, ataca su público, que es el de las radios, que pasan siempre Vilma Palma, Enanitos Verdes, etc. Pero [de cara a un festival como Lolla] la FM no ayuda ni con los internacionales ni con los nacionales, no se le culpa, hace su negocio y bastante bien, pero si Arctic hubiera sonado más, quizá hubiera hecho un estadio como en su momento lo hizo Bon Jovi. También está el tema de la FM con los nacionales.


¿El talento nacional como potenciales integrantes de cartel?
Esa es una de las grandes razones para hacer un festival: el talento local. Este es fuerte en Argentina o Brasil porque también suenan en sus radios, entonces [los empresarios de conciertos] tienen grandes vendedores de tickets en su tierra para quienes no tienen que pagar boletos de avión. En ese caso pones artistas grandes como Queen, The Offspring, Alice in Chains con 10 locales y puedes tener un festival potente.