Ante la circulación de algunas voces sobre el uso del aluminio como conductor eléctrico en el Perú, expertos del sector advierten que este metal presenta algunas limitaciones técnicas y de seguridad que lo hacen inadecuado para uso en instalaciones residenciales (tanto para vivienda como para oficinas y comercios).
Especialistas advierten que su implementación implicaría mayores costos, impactando negativamente en la economía de las familias.
Desde el punto de vista técnico, una de las principales desventajas del aluminio como conductor eléctrico es que para transmitir la misma cantidad de energía que el cobre, requiere “mucho mayor grosor”, lo que técnicamente podría lograrse con un área transversal hasta 2.5 veces mayor.
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“Esto implica el uso de cables significativamente más gruesos, lo que a su vez demandaría una reestructuración de los espacios destinados a las tuberías y un rediseño integral del sistema eléctrico” explica José López, offer manager para el segmento de infraestructura, minería y generación de INDECO by Nexans.
Agrega que el aluminio tiende a calentarse mucho más que el cobre, incrementando de manera considerable el riesgo de sobrecalentamiento y posibles fallos en los sistemas eléctricos.
En esa misma línea Orlando Ardito, gerente general de la Asociación Gremial de Empresas Internacionales de Productos Eléctricos del Perú - EPEI Perú, señala que, en un escenario hipotético de modificación de las instalaciones interiores, sería indispensable utilizar conductores de un diámetro o “grosor” considerablemente mayor.
Esto no solo requeriría el reemplazo de las tuberías de canalización, sino también la adopción de otro tipo de tomacorrientes, una forma diferente de hacer los empalmes, entre otros temas.
Mayor riesgo de cortocircuito e incendio
Según los especialistas, desde el punto de vista de la seguridad, el aluminio presenta riesgos importantes debido a su alta sensibilidad al calor. Además, mencionan que el aluminio se calienta hasta 12 veces más que el cobre, lo que incrementa su vulnerabilidad en condiciones de alta temperatura.
“Cuando se expone a altas temperaturas, el recubrimiento plástico de los cables se derrite más rápidamente, dejando el metal al descubierto y aumentando el riesgo de cortocircuitos e incendios”, explica Ardito.
Impacto en la economía de los peruanos
Aunque el aluminio es más económico que el cobre en términos iniciales, su menor eficiencia en la transmisión eléctrica genera un aumento considerable en el consumo energético.
Señalan los especialistas que esto se traduce en facturas de electricidad más elevadas, impactando directamente la economía de las familias peruanas. En consecuencia, lejos de ser una opción económica, su uso representa una alternativa poco viable desde el punto de vista financiero además de ser potencialmente riesgosa en términos de accidentabilidad
Por otro lado, el Código Nacional de Electricidad establece que el cobre es el único material permitido para instalaciones eléctricas de interior en baja tensión.