Por Tim Culpan
Sony Corp. realmente no necesitaba esto. En un momento en que todas las empresas de su colección, desde películas hasta sensores, están decayendo, el conglomerado japonés tenía un punto brillante en el horizonte: una nueva consola de juegos. Ahora la compañía, y sus inversionistas, deberán esperar un poco más para observar un nuevo máximo.
Sony se ha visto obligada a reducir su propia estimación de producción de PlayStation 5 en más de una cuarta parte, informó Bloomberg News. Los problemas de fabricación de un chip personalizado encargado para la nueva consola significan que es poco probable que la compañía alcance el objetivo anterior de alrededor de 15 millones de unidades este año fiscal, según el informe.
No se ha anunciado una fecha oficial de lanzamiento, pero se cree ampliamente que la PS5 saldrá a la venta antes de la temporada de fiestas de fin de año. La reacción de los inversionistas ante la noticia es comprensible. Las acciones de Sony cayeron hasta 3.5% en Tokio el martes, la mayor baja desde mayo.
Este desarrollo podría significar no solo una pérdida de ventas de hardware, sino que también podría arruinar el entusiasmo que rodea a la nueva consola de juegos justo cuando los consumidores están atrapados en sus hogares debido a la pandemia de COVID-19, mientras que la consola Switch, su rival de Nintendo Co., avanza a paso firme.
En realidad, el hardware es solo un pequeño contribuyente a los ingresos, con un promedio de menos de 10% de las ventas cada año. Pero un nuevo dispositivo significa una emoción renovada que se traduce en un aumento en los juegos y las suscripciones, lo que genera muchos más ingresos y ganancias.
Los juegos son el mayor generador de ingresos de Sony y tienden a representan una cuarta parte de las ganancias operativas.
Sony tenía la puerta abierta para una exitosa temporada navideña. Microsoft Corp. anunció a principios de este mes una versión reducida de su Xbox (llamada Serie S) junto con los planes para su consola de gama alta, la Serie X. Eso podría haber enfrentado a las compañías entre sí antes de Navidad.
Pero como mi colega Tae Kim señala, Microsoft cometió errores en varios frentes, incluida la falta de títulos de juegos de alto impacto.
En lugar de perseguir a los de gama baja, o apresurar un producto para vencer a sus rivales, Sony se ha mantenido firme en las especificaciones de hardware con la creencia de que una nueva PlayStation es un producto generacional, no solo de temporada. El pensamiento es que, si puede atraer a los jugadores con entusiasmo al comienzo del ciclo del producto, puede mantener su lealtad durante muchos años y disfrutar de ingresos continuos.
Sony realmente necesita aprovechar este momento. La pandemia mundial ha estimulado un aumento en las actividades dentro del hogar: juegos, streaming de video, acondicionamiento físico en casa, y no es frecuente que se presente una ola como esta. Perderla dolerá. Además, Sony es un conglomerado que comprende muchas otras empresas, y la mayoría de ellas están experimentando dificultades sin un repunte a la vista.
Sony hizo un movimiento inteligente al encargar a un tercero la fabricación del procesador que hará funcionar su generador de ingresos de próxima generación, pero los riesgos como ese a veces pueden irse de las manos. En lugar de una producción uniforme de estos nuevos componentes, los rendimientos de producción son de solo 50% para el chip clave del sistema, según el informe de Bloomberg. Y dado que es un diseño personalizado, no hay una opción alternativa.
Con suerte, esos problemas se resolverán pronto y la compañía volverá a la normalidad a tiempo para producir nuevas consolas para Navidad. Sin embargo, incluso con una pandemia que establece las condiciones perfectas para lanzar una nueva consola de juegos, el destino tiene una forma de recordarnos que no hay una apuesta segura.