Si bien las tecnologías de vanguardia, como la inteligencia artificial, robótica, big data y otras vienen cobrando relevancia en las personas y, en la pandemia, mostraron su potencial, el acceso a ellas también marca diferencias entre regiones y países.
Así lo revela el Informe Tecnología e Innovación 2021, de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), el cual alerta que las naciones exhiben diferentes niveles de capacidad para usar y adoptar tales innovaciones.
En América Latina, ningún país de los 21 incluidos se ubica en el primer grupo con las puntuaciones más altas a nivel global, según el Índice de Preparación para las Tecnologías de Vanguardia, desarrollado como parte del reporte. Sin embargo, evidencia varios contrastes.
De esa manera, Brasil lidera el ranking de la región y logra el puesto 41 en el mundo (de 158 países), entrando a la clasificación “medio alto”. En tanto, Perú es el noveno país en América Latina, sexto de Sudamérica y 89 del mundo, ubicándose en la escala “medio bajo”, con 0.36 puntos (promedio mundial 0.44, en un rango de 0 a 1).
En esa posición, nuestro país supera a Ecuador, Surinam, República Dominicana, Venezuela y otros territorios, pero tiene por encima a Chile, México, Costa Rica, Argentina y Uruguay. En el mundo, Estados Unidos y Suiza son los primeros del ranking.
Fortalezas y debilidades
Para medir la capacidad de utilizar, adoptar y adaptar tecnologías de vanguardia, el reporte de la Unctad consideró cinco componentes básicos. Entre ellos, el despliegue de tecnologías de información y comunicación (TIC), competencias, actividad de investigación y desarrollo (I + D), actividad industrial y acceso al financiamiento.
Así, tras la revisión de datos, análisis, cooperación técnica y consulta con expertos, estableció un ranking por cada pilar y Perú logró sus mejores ubicaciones en la lista de I + D (70) y competencias (72).
Sobre el particular, la Unctad destaca que la I + D (medida en número de publicaciones y patentes) no solo es necesaria para la producción de tecnologías de vanguardia, sino también para su adopción, pues estas a menudo requieren ajustes o modificaciones para uso local.
En contraste, las mayores debilidades del país están en el despliegue de TIC y actividad industrial, en cuyas listas Perú se colocó en el puesto 102 y 134, respectivamente.
Para esta medición, la actividad industrial comprende la fabricación de alta tecnología y su interacción con otras herramientas. Sin embargo, también se reconoce que las puntuaciones de países en desarrollo podrían ser menores a las reales, pues la actividad también la realizan empresas informales que están fuera de las estadísticas.
Ataque a las brechas digitales
Para promover el acceso equitativo a los beneficios de las tecnologías de vanguardia, los países en desarrollo enfrentan tres desafíos particulares: el nivel de disparidad de ingresos, la escasez de habilidades y las brechas digitales.
Para el caso del Perú, el reporte de la Unctad destaca principalmente el último, considerando el factor de altos precios. “En Argentina, Colombia, Ghana, Guatemala, Paraguay, Perú y Ruanda, más de la mitad de los hogares limitan su uso de Internet debido al costo”, señala.
Asimismo, advierte que muchas personas todavía tienen dificultades para comprar un dispositivo. Más allá de la discusión por la tenencia y uso de dispositivos, el estudio refiere que muchas tecnologías de vanguardia se basan en conexiones de Internet fijas de alta velocidad, como el cable de fibra óptica, o en conexiones móviles de alta velocidad.
En el caso de la banda ancha, muchos países en desarrollo no cuentan con una infraestructura digital adecuada, y para la mayoría de sus habitantes, los costos de Internet son prohibitivos, refieren.