Varios errores arbitrales, algunos de ellos de consecuencias importantes, salpicaron el torneo de Montecarlo la semana pasada y reforzaron el interés por la tecnología aplicada al arbitraje en el tenis, cuyo uso será generalizado en 2025 en el circuito ATP.
Aunque aún por pulir, estos avances cuentan con la aceptación del conjunto de los tenistas.
Aún visiblemente molesto, el ruso Daniil Medvedev resumió su opinión sin contemplaciones: los árbitros “ya no saben hacer su trabajo”, lanzó después de su derrota en octavos de final.
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En la parte final de su partido contra Karen Khachanov, una pelota dudosa de su rival fue dada por buena por los árbitros y Medvedev prosiguió el intercambio, que perdió, antes de mostrar la huella incriminatoria.
Un día después fue Jannik Sinner quien posiblemente perdió su semifinal contra el futuro campeón Stefanos Tsitsipas cuando el tenista griego cometió una doble falta que hubiera supuesto un doble break para el italiano en el tercer set... que no fue señalada. La marca pudo quedar oculta a los ojos del juez por un pequeño montículo de tierra batida.
Beneplácito de los tenistas
Para evitar los errores humanos y los célebres enfados de los jugadores, la ATP recurre desde 2017 (los primeros test tuvieron lugar ese año en el Masters Next Gen) al arbitraje tecnológico.
Sorprendentemente, todos los jugadores aceptan a ojos cerrados las decisiones digitales, que, sin embargo, tampoco son infalibles.
A menudo, el sistema electrónico ha sido desplegado como complemento para los jueces de línea y los jugadores podían recurrir a él en caso de desacuerdo con el arbitraje humano. Ese recurso al llamado ‘challenge’ hacía además las delicias del público.
Si en aquel entonces era sobre superficie dura, el sistema ‘Hawkeye’ [Ojo de Halcón] se ha generalizado sobre todo después de los años del covid-19.
Sobre la tierra batida, una superficie más blanda, los sistemas digitales eran demasiado aleatorios, a excepción del ‘Foxtenn’, que utiliza cámaras reales y no una reconstitución digital, pero que cuesta más caro.
La ATP, en palabras de su presidente Andrea Gaudenzi, sostiene que el tenis “merecía la forma más precisa de arbitraje”, y decidió en febrero de 2023 que los jueves de línea desaparecieran de todos los torneos del circuito (los torneos del Grand Slam son independientes, y hasta ahora solo Roland Garros se ha negado) y que a partir de 2025 solo rija el arbitraje tecnológico.
¿Fin del arbitraje humano?
Después de las polémicas en Montecarlo, la ATP rechazó que la AFP entrevistase a un árbitro al respecto.Pero un portavoz de la instancia que gestiona el tenis profesional masculino confirmó el domingo a la AFP que “los sistemas Hawkeye y Foxtenn habían sido aprobados para su utilización sobre tierra batida a partir de 2025″ y que también podrían usarse “otras soluciones tecnológicas”.
“Aún no hemos decidido qué sistema se utilizará en cada torneo” sobre arcilla, añadió. El director del torneo de Montecarlo David Massey reconoció sobre el incidente en el partido Sinner-Tsitsipas que había sido “duro”.
Pero dio su apoyo a los árbitros y jueces de línea: “Creo que los jueces de línea aquí son globalmente de la calidad más elevada. La selección es estricta y proceden de todo el mundo”.
En todo caso, Massey confirmó que su torneo pasará “al sistema electrónico” a partir de 2025, “salvo si la ATP cambia de opinión”. “Hoy es la última vez que tenemos jueces de línea en el torneo”, había afirmado unas horas antes del inicio de la final Tsitsipas-Ruud.
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