1 / 10 Sintetizar aspirinas. El ácido salicílico, uno de los productos para sintetizar aspirinas, se obtiene haciendo reaccionar fenóxido sódico con CO2. (Foto: Thinkstock)
2 / 10 Producir cerveza. El agua carbonatada (soda o agua con gas), es agua con CO2 que aparece en bebidas alcohólicas, como la cerveza, aunque en este caso proviene del proceso de fermentación. (Foto: Thinkstock)
3 / 10 Aturdir animales antes del sacrificio. La inhalación de CO2 deja insensibles a los animales sin dejar rastros de residuos en la carne. (Foto: Thinkstock)
4 / 10 Fabricar combustible. El Instituto Tecnológico de Massachusetts intenta modificar, a partir del CO2, los genes de una bacteria del suelo para fabricar alcohol para sustituir a la gasolina. (Foto: esmateria)
5 / 10 Conservar la leche. Inyectar CO2 en leche cruda refrigerada y después de cinco días quitarle el gas, ayuda a que dure más tiempo, conservando sus propiedades sensoriales. (Foto: Thinkstock)
6 / 10 Cultivar algas como fuente de energía renovable. Para crecer, las algas sólo requieren agua, nutrientes, luz del sol y CO2. Una vez secas, pueden ser fuente de combustión. (Foto: Thinkstock)
7 / 10 Fabricar cemento más sostenible. Se busca crear cementos a partir de CO2, como el eco-cemento pensado por un consorcio europeo coordinado por el español Grupo Essentium. (Foto: Thinkstock)
8 / 10 Apagar incendios. El CO2 se usa en extintores porque no es combustible, no reacciona químicamente, se puede comprimir, no conduce electricidad y no deja residuos. (Foto: Thinkstock)
9 / 10 Conservar ensaladas. “Se come más sano gracias al CO2, porque posibilita que las ensaladas vengan limpias y preparadas para poner en el plato”, afirma la física Lourdes Vega. (Foto: esmateria)
10 / 10 Limpiar de insectos los alimentos. Un método alternativo para acabar con las plagas es el CO2, que estimula la apertura de los orificios respiratorios de los insectos, produciendo su desecación.(Foto: Thinkstock)

Síguenos en Google News