Podcast Tres minutos basta:  ¿Y qué le dirías a alguien que se siente frustrado?
Podcast Tres minutos basta: ¿Y qué le dirías a alguien que se siente frustrado?

¿Y qué le dirías a alguien que se siente frustrado? Mira lo que tienes y no lo que te falta. Sí. Le diría eso. Mira lo que tienes y no lo que te falta.

La frustración es la consecuencia de comparar nuestra expectativa con nuestra realidad. Por ejemplo, quiero comprarme una camisa que me ha gustado mucho, pero ya no hay mi talla. Expectativa: tener esa camisa. Realidad: no puedo tenerla. Consecuencia: frustración.

La variable relevante es siempre la expectativa. Una camisa, una casa, la universidad en la que quiero estudiar, el puesto de trabajo que quiero tener, etc.

La importancia que damos a la expectativa da lugar al tamaño de la frustración. Si tener la camisa es algo muy importante para mí, la frustración será muy alta. De lo contrario, la frustración puede llegar a inexistente.

El otro día un adolescente me planteaba un problema a través de Instagram. “Ando un poco preocupado, me dijo. Es que falta 5 días para poder conseguir unos pantalones de un juego, y esos pantalones son muy importantes para mí”, explicó. Al seguir preguntando descubrí que se trataba de un juego digital al que se le ingresa dinero para comprar unos “diamantes” que son usados como moneda para comprar armas y ropa que puedes usar digitalmente en el juego. “No puedo comprar mis pantalones y eso me tiene algo preocupado y triste a la vez”, concluyó.

Claramente le está dando una elevada importancia a unos pantalones digitales que se usan en un juego. Y no conseguirlos le “preocupa” y le “entristece”. Viene una elevada frustración.

Está olvidando que tiene una laptop para jugar el juego. Que en su casa hay internet. Tres comidas diarias y alguna más si le da hambre. Cariño y ocupación de sus padres en cuidarlo y velar por él.

Muchas veces somos como este adolescente y damos excesiva importancia a la expectativa olvidando todo lo que tenemos. Postulo a un puesto de trabajo y me ofrecen otro diferente al que postulaba: me frustro. Pido una mesa con buena vista, pero ya no hay. Hay otra sin vista: Me frustro. O no hay ninguna: Me frustro.

La frustración es consecuencia de la importancia que nuestra mente le está dando a aquello que deseamos. Es tan fuerte que no nos deja ver que, aunque no me dan el trabajo que yo quería, me han dado uno, o que, aunque no me han dado la mesa que deseaba, me han dado una mesa y podré comer en ese restaurante. O que hay más restaurantes en el mundo. No vemos lo que tenemos, sólo vemos lo que nos falta.

Por eso, es fácil. Para eliminar la frustración, mira lo que tienes y no lo que te falta.