El Ministerio de Cultura (Mincul), mediante la Resolución Viceministerial N° 226-2022-VMPCIC/MC, declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la Semana de Santa de Ayacucho, por constituir el evento de fe e identidad cultural más importante dentro del calendario festivo de la región.
Además, por reunir en un mismo espacio festivo, ritual y performativo, a una religiosidad de carácter litúrgico católico, con una de carácter popular y de sincretismo, a través de las que confluyen los distintos sectores socio-económicos que componen la sociedad ayacuchana.
Esta celebración se realiza en fechas movibles, entre los meses de marzo y abril, de acuerdo al calendario católico relacionado con la Semana Santa, y a lo largo de un total de once días, que conforman los días centrales de celebración.
Los eventos que fueron excluidos
Cabe destacar que la declaratoria dada excluye de sus alcances al velay toro, al jala toro y al pascua toro en su versión contemporánea; a la aglomeración masiva de personas en la plaza de armas asociada al consumo de bebidas alcohólicas; y la imitación de acciones festivas correspondientes a manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial de otros países.
Sobre estos aspectos, el Ministerio de Cultura ha hecho hincapié en el compromiso de las autoridades y comunidades de portadores en hacer frente a estas problemáticas, ya que su continuidad y desborde podrían cuestionar la condición de la Semana Santa de Ayacucho como Patrimonio Cultural de la Nación, y motivar que se revoque la declaratoria.
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¿Qué celebra en esta festividad?
La narrativa oficial construida alrededor de la festividad remite sus orígenes a la época virreinal, afirmándose al mismo tiempo que esta es realizada de manera ininterrumpida, desde hace más de 150 años. En ese sentido, se invoca un trasfondo histórico de alcance colonial, al mismo tiempo que se hace referencia a un horizonte temporal más cercano y situado a mediados o finales del siglo XIX.
Las celebraciones de la Semana Santa de Ayacucho comienzan el Domingo de Ramos, día en que se conmemora el ingreso de Jesús a Jerusalén, y se realiza la procesión del Señor de Ramos.
Los días subsiguientes estarán marcados por múltiples actividades de carácter religioso, destacando las características procesiones al Señor del Huerto en Lunes Santo; al Señor de la Sentencia en Martes Santo; la icónica Procesión del Encuentro del Miércoles Santo que reúne a las imágenes de Jesús Nazareno, la Virgen Dolorosa, San Juan y la Verónica; y la del Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa en Viernes Santo. En Jueves Santo no se realizan procesiones, sino la visita a los siete templos de la ciudad.
El Sábado de Gloria, por otro lado, se distingue por ser el día en que tiene lugar el llamado Trono watay, acto ritual de armado de la masiva anda procesional con que la imagen de Cristo resucitado saldrá en procesión solemne la madrugada del Domingo de Pascua de Resurrección.
Durante la Semana Santa, en el Domingo de Pascua de Resurrección el mayordomo y sus colaboradores preparan los actos centrales que anunciarán la Resurrección de Cristo. Los concurrentes esperan desde la madrugada la salida del anda, que hará su aparición antes del alba. Mientras tanto, en la Catedral se realiza una misa en homenaje al Señor de la Resurrección, tras la cual 400 cargadores levantarán el anda, desplazándola hasta el umbral de la puerta principal de la Catedral donde, a través de un mecanismo, se elevará por su interior la imagen sagrada del Señor de la Resurrección o Cristo Resucitado, acompañado por dos ángeles y dos soldados a sus pies.