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El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se reunió el jueves con su par de Perú, Pedro Castillo, a quien presionó sobre un proyecto de construcción de una carretera transfronteriza que permitiría a Brasil acceder al Pacífico.
Perú ha mostrado hasta ahora poco interés en la iniciativa, que uniría Cruzeiro do Sul, en el occidental estado brasileño de Acre, con la ciudad peruana de Pucallpa, a través de una zona de selva virgen.
Bolsonaro reiteró el interés del Gobierno brasileño en la construcción de la carretera, que crearía “un gran potencial para aumentar la integración económica”, dijo un comunicado conjunto emitido después de la reunión en la capital de Acre, Porto Velho.
El líder de extrema derecha Bolsonaro se puso un sombrero de vaquero peruano e hizo una señal con el pulgar hacia arriba mientras posaba para las fotos con Castillo, miembro de un partido marxista-leninista que se ha desplazado progresivamente hacia la derecha.
Ambos acordaron facilitar el comercio entre sus países, agilizar los trámites aduaneros y reforzar la seguridad en sus fronteras para luchar contra el narcotráfico y el contrabando de armas, según el comunicado conjunto.
Sin embargo, la carretera transfronteriza, cuyo costo se estima en 500 millones de reales (unos 94 millones de dólares) en el lado brasileño, ha encontrado resistencia.
Organizaciones ecologistas y fiscales federales de Brasil se oponen al proyecto porque atravesaría la selva a lo largo de 110 kilómetros en el Parque Nacional Serra do Divisor, una de las zonas más vírgenes de Brasil.
El departamento de transporte del Gobierno brasileño ya ha autorizado una licitación para contratar a la empresa que construya la carretera.
“Estamos interesados en una salida al Pacífico. Aquí sólo depende de nosotros y de Perú, y de ningún otro país”, dijo Bolsonaro a periodistas antes del encuentro.
