(Foto: Grupo EC)
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Miles de campesinos del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), la mayor cuenca cocalera de Perú, protagonizaron este martes multitudinarias manifestaciones contra el inminente inicio en la zona de operaciones de erradicación de cultivos ilícitos de hoja de coca, materia prima de la cocaína.

En el segundo de los dos días de huelga convocados por asociaciones de campesinos de esa zona, el epicentro de las movilizaciones fueron los municipios de Pichari y Kimbiri, en la provincia de La Convención, perteneciente a la región sureña de Cusco.

Los cocaleros reclamaron así un diálogo con el Gobierno para alcanzar acuerdos y no verse perjudicados por esta erradicación forzosa donde pueden perder sus cultivos, única fuente de ingresos para este deprimido rincón de Perú donde apenas llegan servicios básicos.

También quieren que se retire del VRAEM la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), que ofrece programas de cultivos alternativos como el cacao, el café y diversas frutas para que los cocaleros hagan la transición hacia una producción agrícola lícita y sostenible.

El anuncio del inicio de las operaciones de erradicación en el VRAEM realizado días atrás por el Gobierno se trata de un hecho histórico, pues hasta ahora no se habían acometido estos trabajos al argumentar siempre falta de garantías de seguridad para los operarios.

En el VRAEM, una extensa zona de selva montañosa en la vertiente oriental de los Andes compartida por cinco regiones (Junín, Huancavelica, Ayacucho, Cusco y Apurímac), hay casi 22,000 hectáreas de cultivos ilícitos de hoja de coca, según el informe más reciente de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

Esto significa casi la mitad del total de la superficie cocalera de Perú, calculada en 49,900 hectáreas en 2017, y alrededor del 70% de toda la cocaína producida en el país, considerado el segundo producto mundial de esta droga con un volumen superior a las 400 toneladas anuales, según estimaciones oficiales.

Gran parte del VRAEM está declarado en estado de excepción y tiene una fuerte presencia militar, pues es también el escondite del último remanente del grupo terrorista Sendero Luminoso, llamado ahora el Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP).

Según indicó la pasada semana el ministro del Interior, Carlos Morán, a la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú (APEP), la primera campaña de erradicación de hoja de coca en el VRAEM se dará en la región de Junín, y no en Cusco, donde están las protestas más multitudinarias.Esta primera incursión comenzará el 1 de noviembre, tendrá una duración de 45 días y el objetivo inicial será destruir 750 hectáreas para seguir aumentando progresivamente esa cifra en los próximos años.

Hasta ahora las erradicaciones de cultivos ilícitos de hoja de coca solo se realizaban en el centro del país, dentro de las regiones de Pasco, Hánuco y Ucayali, en parte de la cuenca del Alto Huallaga, que hasta hace unos años era el segundo principal centro de producción de cocaína tras el VRAEM.

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