Las desigualdades de género en materia social y económica en Cusco han obligado a las mujeres a explorar nuevas alternativas para independizarse. Por el momento han encontrado una opción atractiva en la ruta a Machu Picchu.

El camino a pie es tortuoso y largo, y durante los tres días que dura los turistas no quieren o pueden cargar su equipaje. Aquí entran Marleni, Dora y Noemí, tres porteadoras cusqueñas que prefieren orientar extranjeros antes que trabajar la chacra.

Los porteadores son las personas que transportan carga o equipaje, a cambio de un precio. Pero no solo llevan mochilas, también carpas y utensilios para cocinar y alimentar a los visitantes del camino inca.

El oficio de porteador tradicionalmente era masculino, pero durante los últimos meses han incrementado las contrataciones de mujeres para buscar la equidad, según informa el reportaje de Deutsche Welle (ver vídeo).

Según las mismas trabajadoras, ellas se encontraba cansadas de cobrar tan poco por su trabajo en el campo, así que decidieron cambiar de rubro, donde cobran US$ 100 semanales, aproximadamente.