Gremios del sector de logística y transporte de comercio exterior reiteraron su llamado a las autoridades de Transporte y a la Municipalidad Provincial del Callao (MPC) a escuchar a los técnicos de la Autoridad Portuaria Nacional (APN) y ejecutar el plan de desvío propuesto por dicha entidad ante el inicio de las obras de la Línea 2 del Metro de Lima.
Detallaron que dicho plan permitirá mitigar sustancialmente los efectos de la terrible congestión en los accesos al puerto, situación que se agravará este 13 de diciembre ante la interrupción temporal de vías permitida por dicha comuna al concesionario.
“Sin perjuicio de reconocer que esta obra es necesaria para el transporte de personas en el país, debe considerarse también que la logística de comercio exterior es vital para que la golpeada economía peruana siga respirando y no se carguen más sobrecostos a las empresas usuarias, operadores y consumidores”, detallaron.
La propuesta vial
Según la propuesta de la APN, esta alternativa contempla que los vehículos que vienen desde la Av. Argentina, ingresarían al Óvalo Garibaldi por una vía que lo cortaría (deberá ser implementada por la concesionaria), para dirigirse a la Av. Dos de Mayo, girar a la derecha en la calle Antonio Miro Quesada (ex Nicolás de Piérola), ingresando luego con giro a la izquierda para acceder a la Av. Manco Cápac, en ruta hacia el antepuerto de APM Terminals Callao.
El retorno de los camiones sería por la Av. Manco Cápac, girando a la derecha en el Jr. Nicolás de Piérola, para luego acceder a la Av. Dos de Mayo con giro a la izquierda, tomando al Óvalo Garibaldi en ruta hacia la Av. Argentina.
“Como vemos, tenemos una alternativa y corresponde al concesionario implementarla. De no ejecutarla, las consecuencias serían desastrosas. Corresponde a la MPC acceder a esto y no iniciar obras mientras el concesionario no haga lo que corresponde. Caso contrario, el flujo de camiones en una sola ruta pasaría de 1,700 y pico/día a más de 4,000/día y el colapso del comercio exterior sería total”, acotaron.
Dentro del perjuicio económico, precisaron que las exportaciones e importaciones asumirían costos adicionales por renovaciones de citas, arribos tardíos, usos de área operativa, falsos fletes, sobrestadías y pérdidas de embarques pues los retrasos llegarían a superar las 6 horas/camión que se sufren actualmente.
“Además, al usar una sola ruta crearíamos una congestión de tal índole que se dejaría sin acceso a Puerto Nuevo y zonas aledañas: ante una emergencia sería imposible movilizar a la población”, sentenciaron.