Hoy 9 de mayo se celebra el Día de la Madre y es una fecha especial para destacar el esfuerzo de las madres para desarrollarse profesionalmente en un importante sector: la ciencia.
De acuerdo a cifras del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) al 7 de mayo de este año, de 5,998 investigadores, solo 1,859 son mujeres.
Una de ellas Mónica Santa-María Fuster, doctora en biotecnología y mamá de Vicente, su hijo de 1 año y 8 meses.
No fue fácil empezar su camino como científica, pues -según indica- en los primeros años de la carrera cuando era licenciada de Biología de la Universidad Nacional Agraria La Molina lo más complicado fue tener una compensación económica suficiente para poder mantenerse haciendo ciencia, y para financiar sus experimentos.
Esto fue hasta que viajó a Estados Unidos becada para obtener su doctorado en biotecnología de la Universidad de Carolina del Norte (NCSU).
“En Estados Unidos, realmente tienen recursos abundantes para ciencia, tecnología e investigación. Recursos no solo en equipamiento, infraestructura, reactivos y consumibles, sino en agilidad logística, colegas y mentores con gran expertise en diferentes temas. Esto permite avanzar rápido y lejos, en todo lo que haces”, declaró a la agencia Andina.
Cuando regresó a Perú las dificultades en la tarea científica volvieron a ser las mismas pues habían recursos limitados, lo que le generó frustración al principio porque no podía ir a la misma velocidad y grado de complejidad que cuando trabajaba en EE.UU.
Agrega que no solo fueron los recursos limitados el principal problema que encontró para desarrollarse como científica, también en algún momento pasó por situaciones machistas.
“Sentir que te respetan y te toman en serio intelectualmente, es algo que no siempre se encuentra en Perú. Pero eso poco a poco está cambiando. Para ello, es importante visualizar la excelencia académica e intelectual de muchas mujeres peruanas. El género no es un determinante para la excelencia en ningún aspecto del conocimiento humano”, finaliza.
Tiempo impostergable e irremplazable
La investigadora peruana priorizó su desarrollo profesional, hizo su posdoctorado en los Estados Unidos gracias a la beca Fulbright. Luego retornó al Perú para cofundar su empresa de biotecnología de alimentos hasta que llegó a los 35 años y decidió ser mamá.
Señaló que dar tiempo a su hijo es impostergable e irremplazable; y se tiene que tomar decisiones: priorizar.
“Entiendo que conforme van creciendo, poco a poco, la maternidad se vuelve más manejable (¡Menos malas noches!), lo que facilita poder dedicar lo mejor a ambas tareas” señala la investigadora.
“Definitivamente, al ser mamá, no le puedes dedicar la misma cantidad de tiempo al trabajo y las investigaciones, que suelen ser muy demandantes. Eso tiene un costo en la producción científica que puedes lograr, pero es un compromiso que asumes” continuó.
Actualmente, la científica lidera un proyecto que busca detectar el SARS-CoV-2, causante del covid-19, en aguas residuales. Algunos estudios indican que analizando el agua residual se podría detectar el virus antes de que se reporten los primeros casos de la enfermedad en una comunidad.
Ella junto a su equipo de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) y el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento se encuentran investigando. “El objetivo del proyecto- que cuenta con financiamiento de la Cooperación Suiza- es ser una herramienta adicional en la lucha contra la pandemia. La data de las aguas residuales toma también en cuenta los casos asintomáticos, que muchas veces no son contabilizados,” explica la Dra. Mónica Santa-María, quien también se desempeña como Directora de Investigación de UTEC.