Según los epidemiólogos del Imperial College de Londres, mientras no se tenga una vacuna, el covid-19 tiene para rato. No reventemos el chanchito  fiscal. (Foto: Midis)
Según los epidemiólogos del Imperial College de Londres, mientras no se tenga una vacuna, el covid-19 tiene para rato. No reventemos el chanchito fiscal. (Foto: Midis)

1 La economía peruana registrará este año la caída del PBI más fuerte desde la guerra con Chile. El empleo se derrumbará, la pobreza subirá en unos 5 puntos, y el déficit fiscal será de dos dígitos. Tomará muchos años recuperar el nivel económico del 2019.

2 Las tres caídas más fuertes del PBI en los últimos dos siglos han sido la de 1879, en la guerra con Chile, 33%; la de 1821, durante la guerra de la independencia, 26%; y la de 1989, con García, 12%.

3 Las caídas del PBI están asociadas a los choques externos y domésticos. El choque externo de 2008-2009 redujo la tasa de crecimiento del PBI de 9% en 2008 a 1% en 2009. El choque interno de 1989, errores monumentales de política económica, hizo caer el PBI en 12%.

4 El choque externo al que enfrentaremos puede ser más fuerte que el de la gran depresión de 1929. Para este año, un escenario del FMI que supone que solo se perdería el 12% de días laborables, es de un PBI mundial cayendo en 6%. En ese escenario, China no crecería y el PBI de Estados Unidos descendería. Es un choque externo durísimo. Aunque no tuviéramos covid-19, lo pasaríamos muy mal.

5 El choque interno del covid-19 es el más duro de nuestra historia contemporánea. Las políticas de distanciamiento físico, según la OMS, término más apropiado que distanciamiento social, en su versión de la cuarentana, paralizan la economía.

6 Si estamos frente a los choques internos y externos más duros de la historia contemporánea, no se necesita ser un gran macroeconomista para predecir que tendremos el derrumbe del PBI más grande desde la guerra con Chile. Será de dos dígitos.

7 El Ministerio de Economía Finanzas (MEF) y el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) están prestando menos atención a las cifras económicas y están allanándose a la cifras del Ministerio de Salud acerca de la evolución del número de infectados y la capacidad para atenderlos. Eso está muy bien.

“Solo a los inimputables como Trump y Bolsonaro, que tienen en común su ignorancia sobre las epidemias, se les puede ocurrir que es posible reactivar la economía al mismo tiempo que quieren liquidar al covid-19”.


8 Esas cifras sugieren que no estamos cerca de alcanzar la meseta de la curva de infectados y que, en promedio, alrededor del 10% de los infectados requiere hospitalización y el 2% necesita ingresar a las UCI con ventilación mecánica. Si el número de infectados aumentase de los 14,440 de hace un día a 40,000 en las próximas semanas, necesitaríamos hospitalizar a 4,000 pacientes y proporcionarles UCI a 800. Actualmente tenemos 600 camas UCI y tendríamos 1,000 a fines de abril. Considerando que las camas UCI no son solo para los pacientes con covid-19 y que la distribución de las mismas no es equilibrada, habríamos llegado al límite de la capacidad. Estaríamos como en Ecuador o Italia, donde los médicos tienen que elegir qué paciente se muere y qué paciente vive.

9 Por eso, el objetivo es quebrar la curva de infectados antes que llegue a un número crítico tal que no podamos atender a nuestros enfermos. Los objetivos económicos deben supeditarse a este gran objetivo.

10 El MEF y el BCRP están cumpliendo un papel extraordinario en esta tarea. Están haciendo viables las políticas de distanciamiento físico que mantienen a las familias a sus casas y mantienen cerradas las empresas que no se dediquen a actividades indispensables para la alimentación y la salud. No es posible tener una cuarentana sin financiamiento. Para que las familias de menores recursos puedan mantenerse en casa sin trabajar, el Gobierno les está haciendo llegar unas transferencias. Se ha sugerido que hay que darle a todos S/ 1,000 a cada familia, sin fijarse si son Gonzales o Maldini. Proponer eso tiene dos problemas. Primero, suponer que los bolsillos del Gobierno son muy grandes. Segundo, que ya no se necesitarán grandes gastos hacia adelante. Según los prestigiosos epidemiólogos del Imperial College de Londres (), hasta que se tenga una vacuna, el covid-19 tiene para rato. No reventemos el chanchito fiscal.

11 Por otro lado, la cuarentena deja a las empresas sin producir. Si una empresa no produce, no vende. Si no vende, no tiene ingresos, y si además tiene que pagar salarios a empleados que no trabajan, esa empresa quiebra. Para reducir la tasa de mortalidad de las empresas el Gobierno tiene que proporcionarles un respirador mecánico por todas las vías a su alcance: la postergación del pago de impuestos, el pago parcial de los salarios de las empresas a cargo del Gobierno o la suspensión laboral perfecta. ¿Cuál es la parte de esta explicación que no entienden algunos políticos? ¿Qué tal si hacen el experimento de administrar una pequeña empresa, que se queda sin ventas, y los obligamos a no despedir a sus trabajadores, y a seguir pagándoles un salario digno?.

12 El BCRP también está ayudando con el respirador mecánico. Proveerá S/ 30,000 millones al sistema financiero, a 0.25% de interés anual, para que estas presten a las empresas que las necesiten, y con una garantía gubernamental alta.

13 De esta manera, se espera vencer al covid-19 con la menor tasa de mortalidad de personas y de empresas. Solo así será posible la recuperación macroeconómica de los siguientes años.

14 No es posible reactivar la economía hoy. Solo a los inimputables como Trump y Bolsonaro, que tienen en común su ignorancia sobre las epidemias, se les puede ocurrir que es posible reactivar la economía al mismo tiempo que quieren liquidar al covid-19.

15 Cuesta hacer críticas sustantivas al Gobierno, que hace lo que puede. A veces, siento que se lo juzga como si tuviéramos un estado coreano. Es un gobierno pobre pero más o menos eficiente. En el contexto de América Latina, la estrategia peruana es la mejor. Quizá podría haber mejoras menores en la táctica. El vaso está medio lleno.