Escribe: Rodrigo Isasi, director ejecutivo de Viernes.la
Uno de los lugares comunes para crear nuevas soluciones es la búsqueda de tensiones entre dos objetivos aparentemente opuestos. Pasar de un “o” excluyente a buscar el “y” integrador.
El potencial de esta filosofía radica en romper paradigmas establecidos que, aunque aparentemente incuestionables, pueden estar desactualizados en el contexto actual. Además, fomenta la capacidad inventiva de las personas y la búsqueda de alternativas no obvias para resolver estos dilemas.
Innova Schools ha demostrado que es posible ofrecer educación de calidad a un costo accesible, rompiendo el falso dilema entre calidad y accesibilidad apostando por el aprendizaje a tu propio ritmo entre otras innovaciones pedagógicas y operativas. Netflix rompió el dilema de la rentabilidad del cobro de multas versus la satisfacción del cliente al rentar películas con un modelo basado en suscripción y luego en tecnología de streaming. Y así se puede hablar incluso de creación de categorías enteras como los seguros de vida ahorro o los autos eléctricos de lujo.
Es crucial estar atentos a los falsos dilemas que pueden gobernar una organización o sector. Convertir estos dilemas en oportunidades es esencial para el crecimiento y la innovación.
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Por ello cuando escucho argumentos que enfrentan la acción ambiental con la urgencia social, o la inclusión de minorías con la equidad de género, me esfuerzo por ir más allá de la lógica superficial. La verdadera pregunta es: ¿Realmente los líderes deben elegir entre un tema y otro? Si bien la gestión de recursos y tiempo es un desafío, abordar ambos temas puede parecer una dispersión de estos, si consideramos la ética, la pregunta cambia.
Consideremos por ejemplo un dilema entre decir la verdad o no robar. Plantear esta elección no solo es absurdo, sino también inmoral, porque se trata de valores fundamentales. Si el cuidado ambiental, la inclusión y la equidad fueran realmente parte de nuestra cultura, veríamos los dilemas anteriores con la misma claridad moral.
Imaginemos un entorno donde los líderes empresariales ven estos dilemas como oportunidades para reforzar valores. Un líder virtuoso es consistente en sus acciones y refuerza sus valores en cada decisión. La equidad, el impacto social y ambiental no son objetivos dispares; son parte de un mismo propósito. Promover programas de equidad para personas con discapacidad y crear espacios seguros para la comunidad LGTBIQ+ se refuerzan mutuamente. De igual manera, un programa contra el hambre y otro de reducción de desperdicios. Todas son acciones que, aunque diferentes, construyen un valor cohesivo en la organización y sus líderes.
El verdadero liderazgo consiste en gestionar todas las consecuencias no intencionadas del negocio y ver la conducta empresarial como un modelo de valores para la sociedad. Al adoptar una visión integradora, rompemos falsos dilemas y creamos organizaciones más fuertes, innovadoras y éticas. Tan necesarias el día de hoy.
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