Rodrigo Villanueva, director de Transformación digital de MAPFRE
La transformación digital ha llegado para quedarse y está cambiando radicalmente la forma en que hacemos negocios. Cada vez somos más las empresas que estamos adoptando tecnologías disruptivas para mejorar la productividad, reducir costos, aumentar la eficiencia y mejorar la experiencia del cliente. Se trata de una forma de pensar, donde la creatividad y la innovación son fundamentales
La innovación se ha convertido en un elemento clave para generar adopción al cambio, superar las barreras del mercado y fortalecer la propuesta de valor de la empresa. Para ello, se necesita un enfoque de experimentación y de aprendizaje constante que nos lleve a cuestionar nuestras creencias y estar abiertos a nuevas ideas. Ser innovadores no es solo una cuestión de tecnología, sino también cultural; es un proceso que debe involucrar a toda la organización, desde los líderes hasta los colaboradores de base.
La innovación propone partir de un problema relevante (lo que nuestros clientes necesitan) para, a partir de ahí, crear valor. En esa línea, son nuestros clientes quienes trazan la ruta de nuestra transformación. Por ello, es importante tener un conocimiento profundo de las necesidades y expectativas de nuestros clientes para identificar los problemas a resolver. Este conocimiento se puede obtener a través de diversas herramientas, como encuestas, entrevistas y análisis de datos.
Una vez identificado el problema relevante, es importante contar con un equipo multidisciplinario y diverso que pueda aportar diferentes perspectivas y enfoques para resolver el problema. En este punto es esencial la creatividad y la colaboración.
La experimentación y la prueba son elementos clave en cualquier proceso de innovación. Hay que tener una disposición a probar y aprender de los errores para luego realizar ajustes y mejoras. Es crucial perder el miedo al fracaso, pues no existe innovación que no esté sujeta a un riesgo. La rapidez y la agilidad son fundamentales para adaptarnos rápidamente a los cambios y las nuevas necesidades.
Adoptar una mentalidad abierta al cambio y centrada en el cliente es la clave para lograr el éxito empresarial a largo plazo.