
Escribe: Francisco Pantigoso Velloso da Silveira, catedrático de las Universidades del Pacífico y UPC y director de la Maestría en Tributación de la UPC.
Las fiscalizaciones tributarias en el Perú se han vuelto cada vez más exhaustivas debido al uso intensivo de herramientas de cruce masivo de información. La Sunat ya no se limita a revisar declaraciones aisladas: contrasta registros contables, operaciones bancarias, consumos con tarjetas, bases de terceros y sistemas electrónicos en tiempo real.
En este escenario, las empresas (especialmente las pequeñas y medianas) enfrentan riesgos elevados cuando no cuentan con una gestión tributaria interna adecuada y acorde a los tiempos.

La importancia del control del crédito fiscal
Uno de los riesgos más recurrentes está asociado al crédito fiscal del IGV. Sunat ha identificado diferencias significativas entre lo anotado en el Registro de Compras y lo declarado mensualmente, lo que deriva no solo en la pérdida del crédito fiscal, sino también en reparos que incrementan la carga tributaria en el IR, ya que ambos tributos se entrelazan.
Este escenario evidencia una falta de conciliación periódica, un error que podría evitarse mediante una revisión sistemática de registros y comprobantes electrónicos. El uso incorrecto del crédito fiscal compromete directamente la liquidez empresarial, especialmente cuando se generan pagos adicionales no previstos.
Inconsistencias entre el Registro de Ventas y las declaraciones mensuales
Las diferencias detectadas por Sunat entre las ventas registradas y las informadas en las declaraciones mensuales, ascienden hoy a cifras relevantes que pueden llevar a la quiebra de las empresas. Este tipo de inconsistencias determina el supuesto de “ventas omitidas”, una de las observaciones más graves en una fiscalización.
La omisión de ingresos no solo genera reparos al IGV y al IR, sino que aumenta el riesgo de ser evaluado (y posteriormente denunciado) por presunta evasión.
En un contexto donde la Administración cruza información con bancos, operadoras de pagos y emisores de comprobantes electrónicos, este tipo de errores es cada vez menos tolerado.
Gastos sin sustento y la fragilidad documental en las empresas
Otro foco de riesgo proviene de los gastos sin el sustento suficiente, es decir “no fehacientes”. Sunat ha detectado gastos financieros, administrativos e incluso partidas no deducibles, declarados sin contar con una documentación válida. Esto incluye contratos inexistentes, inexistencia de control de inventarios (desde la llegada de la mercadería), falta de medios de pago, ausencia de valorizaciones, o uso incorrecto del Plan Contable.
La consecuencia inmediata es un incremento de la renta neta, lo que genera un pago mayor de impuestos y, en muchos casos, reparos que podrían haberse evitado mediante un adecuado control preventivo documental.
Esto podría aminorarse si las empresas hubiesen realizado simulacros de revisión tributaria, adelantándose a posibles fiscalizaciones y corrigiendo a tiempo las omisiones de los diversos sustentos del gasto.
La omisión de ingresos a través de medios de pago electrónicos
El cruce actualmente de información con entidades financieras ha revelado ingresos por ventas con tarjetas que no fueron declarados, lo que constituye uno de los hallazgos más comunes en las fiscalizaciones actuales. Este tipo de omisiones, genera reparos automáticos y evidencia un manejo deficiente del flujo de información. Con los avances tecnológicos, la Administración puede detectar estas diferencias casi en tiempo real.
El impacto del uso incorrecto del Plan Contable y las NIIF
La utilización errónea de cuentas contables, como las referidas a gastos, ingresos o activos, constituye un riesgo adicional. Errores básicos en su aplicación, pueden desencadenar observaciones por parte de la Sunat y, eventualmente, del Tribunal Fiscal.
En la práctica, estos errores suelen provenir de un personal no capacitado, o de una falta de supervisión adecuada. El cumplimiento de las NIIF y del Plan Contable General Empresarial es esencial no solo para efectos contables, sino también para evitar reparos que afectan la determinación de los tributos.
Un escenario de riesgos y la necesidad de una gestión preventiva
Las consecuencias de un error tributario van mucho más allá del pago de una multa. Implican reparos significativos sobre el tributo impago, pérdida del crédito fiscal, duplicidad de abonos del IGV, intereses moratorios acumulados y, en casos extremos, la apertura de indeseados procesos por presunta evasión.
En consecuencia, los riesgos detectados por la Sunat en una empresa no son hechos aislados, sino el síntoma de un problema estructural: la falta de una gestión tributaria profesional a la interna empresarial.
La evidencia demuestra que una supervisión especializada no solo previene sanciones, sino que protege la estabilidad financiera y jurídica de la empresa, en un entorno de fiscalización cada vez más riguroso e implacable.

Catedrático de las Universidades del Pacífico y UPC. Director de la Maestría en Tributación de la UPC








