
El jueves pasado, el pleno del Congreso aprobó, en primera votación, la ampliación de la vigencia del Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) hasta el 31 de diciembre del 2026. Se trata de un año menos respecto del plazo establecido por el dictamen aprobado el mes pasado por la Comisión de Energía y Minas del Legislativo –que concitó críticas incluso desde el Ejecutivo–. La nueva fecha forma parte de las modificaciones aprobadas por el pleno al Decreto Legislativo 1293, que fue promulgado por el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski el 19 de diciembre del 2016, que declaró “de interés nacional” la formalización de las actividades de la pequeña minería y minería artesanal.
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Dicha ley creó el Reinfo, que era de carácter temporal. Pero las constantes prórrogas de su vigencia lo convirtieron en cuasi permanente –con la nueva ampliación, cumplirá diez años al cierre del 2026–. Hay que precisar que la formalización no culmina con la inscripción en el Reinfo, sino que es el paso inicial del proceso. Una abrumadora mayoría de mineros informales, entre pequeños y artesanales, apenas cumplió con ese primer paso y transcurrida casi una década, todavía no completan su formalización. Cabría preguntarse si esto se debe a falta de voluntad de los propios mineros, desidia de las autoridades (Minem, Sunat, etc.), una combinación de ambos factores o, peor aún, a intereses económicos y políticos que buscan perpetuar la informalidad minera.
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Además de haberle “mochado” un año al nuevo plazo del Reinfo, el dictamen aprobado por pleno del Congreso trajo otra novedad. Se rechazó el retorno de 50,000 mineros que fueron excluidos del Reinfo, aunque no prosperó la propuesta de prohibir el uso de mercurio en la minería artesanal e informal. El presidente José Jerí ha señalado que espera que el pleno apruebe el dictamen tal como está. La segunda votación tendrá que efectuarse siete días hábiles después de la primera, es decir, mañana jueves, pero con este Congreso, tan poco respetuoso de las reglas, nunca se sabe.
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Incluso hay riesgo de que den marcha atrás, pues las presiones y amenazas de los mineros informales (e ilegales) resurgieron inmediatamente. Hay mucho en juego, y ya se vislumbra que seguirán insistiendo en mantener el statu quo. Por ejemplo, hay representantes de estas actividades que depredan, contaminan y explotan personas en las listas de precandidatos para ambas cámaras. ¿Y el debate de la Ley de la Pequeña Minería y Minería Artesanal (MAPE)? Quizás para el 2026, si los congresistas quieren.






