Exdirector de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (Minem)
Todos los días, el país despierta con la noticia del incremento del precio del balón de gas (Gas Licuado de Petróleo - GLP) y de la tarifa eléctrica. Ante ello, las familias peruanas se preguntan: ¿por qué sube el balón de gas y la luz? ¿qué puedo hacer para pagar menos y ahorrar? ¿el Gobierno está haciendo algo al respecto?
Para responder a estos cuestionamientos, lo primero que debemos saber es que el balón de GLP utilizado en los hogares no es producido en su totalidad en Perú, sino que debemos importar alrededor del 20% de la demanda nacional, es decir, dependemos del precio internacional y somos vulnerables a lo que suceda en el extranjero.
El Gobierno debe entender que toda familia tiene una canasta energética. Un hogar destina dinero para adquirir GLP y/o electricidad para la cocción de alimentos, la iluminación, el calentamiento de agua, la calefacción, la refrigeración, el secado de ropa, entre otras.
Entonces, si no está en nuestras manos “estabilizar” los precios internacionales ¿por qué no centrarnos en utilizar una energía que es peruana, se produce aquí y no depende de factores externos como el gas natural? La masificación del gas natural es prioritaria y su uso debe ser eficiente y en beneficio de todos los peruanos. Así, por ejemplo, un hogar que utilice gas natural en su cocina tendrá un ahorro aproximado de S/16 mensuales, y, si adicionalmente lo utiliza para su terma, tendrá un ahorro adicional de S/59 en su recibo eléctrico cada mes. Es decir, generaría un ahorro mensual aproximado –por ambos conceptos– de S/75 soles como mínimo, lo que significa 900 soles anuales de ahorro para esta familia.
En ese contexto, el Gobierno y el Congreso de la República deben priorizar la aprobación del Proyecto de Ley N° 679 - Ley del Impulso del Gas Natural, pendiente desde noviembre del 2021. Esta iniciativa permitiría que todo el país cuente con una tarifa única (a través de un subsidio cruzado al transporte del gas natural). Esto significaría mayores ingresos al FISE para implementar programas de masificación, como el Bonogas y la construcción de redes, y el uso del SISE para la construcción de infraestructura de gas natural y gasoductos regionales. Lo que, conllevaría, eventualmente, a un uso eficiente del Gas Natural, que generaría ahorros en el transporte, creación de comercios e industrias, y generación de empleo.
Ahora bien, con la aprobación de la ley, ¿los usuarios pagarán más en sus recibos de electricidad o podrán ahorrar en sus gastos mensuales, como dice el Gobierno? La respuesta es sí, van a ahorrar. En la actualidad, una familia de 5 personas y que cuenta con terma eléctrica paga un aproximado de S/150 mensuales en luz y S/55 en balón de GLP, es decir, S/205 mensuales como canasta mensual energética. Si a esta familia le ponemos gas natural en su domicilio, y se aprueba la Ley del Impulso del Gas Natural, pagará aproximadamente S/35 en gas natural y S/90 en electricidad. De esa manera, el gasto de la canasta energética de su hogar sería de S/125, un ahorro total de S/80 al mes.
Con este menor gasto por el uso de gas natural, debemos preguntarnos: ¿quiénes pierden con la masificación del gas natural, recurso que producimos como país? Esa pregunta debemos respondérnosla como sociedad y país, pero analizando el siguiente ejemplo: en el 2021, el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) aprobó el programa de puntos adicionales, en Lima y Callao, ciudades que tienen mas de 1′300,000 familias con gas natural, de las cuales 1′000,000 utilizan únicamente el gas natural para cocina; es decir, lo usan de manera ineficiente.
El programa iba a permitir que las familias accedieran a un financiamiento sin interés para la instalación de un segundo punto de gas natural, destinado principalmente para la terma. Mediante este proyecto, las familias que contaban con terma eléctrica iban a ahorrar S/ 80 mensuales en su canasta energética. Solo la población de Lima y Callao hubiese tenido un ahorro de S/ 80 millones mensuales y S/ 960 millones anuales. Además, teniendo en cuenta que, el Perú cuenta con reservas de gas natural para más de 25 años y la vida útil de la instalación interna de gas es de más de 30 años, el sector residencial en 25 años ahorraría S/ 24,000 millones, ello sin considerar la rentabilidad del 8%. Saquemos nuestras propias conclusiones.