Precios de transferencia: ¿Cómo afrontar posibles observaciones de la Sunat?

Antes de sugerir de qué forma encarar un proceso de fiscalización, veamos cómo han evolucionado las acciones de control en materia de precios de transferencia en el Perú. A la fecha, existe información pública hasta el 2022 en la base de datos del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), donde se ha mantenido una tendencia creciente, con 131 revisiones en el año 2022 y un incremento del 27% respecto del año anterior (21% en 2021 respecto del 2020). Por su parte, el monto reportado de ajustes realizados en 2022 ascendió a PEN 513MM.

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Según esta publicación, los principales criterios considerados para seleccionar a los contribuyentes sobre los cuales iniciarán procesos de fiscalización son los siguientes: tendencia del contribuyente a un inadecuado comportamiento tributario, distorsión en valores declarados en operaciones con empresas relacionadas, operaciones con paraísos fiscales, revisión de rentabilidades menores a las obtenidas en el sector y cruce de información financiera tributaria y aduanera.

Esto nos da una visión más clara de la importancia que reviste la materia; en este sentido, podemos identificar dos momentos previos a un proceso de fiscalización de suma relevancia. En primer lugar, se encuentra el análisis de las operaciones intercompañía antes de que las mismas se lleven a cabo, lo cual les permite tener la certeza de que la transacción se pactará a valor de mercado y qué tipo de documentación es la necesaria.

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En segundo lugar, está el análisis preliminar antes del cierre del año fiscal o, en su defecto, antes de darse la declaración de rentas. El primero permite corregir, inclusive en la contabilidad, cualquier desviación que se detecte para que quede dentro de los valores de mercado; el segundo admite lo mismo, pero ya no a nivel de libros contables, sino de declaración de rentas. En ambas puede tener la documentación soporte antes de la presentación formal de la declaración de precios de transferencia.

Ahora bien, en específico, ¿qué pide hoy en día la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) en un proceso de fiscalización? Más allá del aspecto técnico, destaco a continuación algunos de los requerimientos más frecuentes: conciliación entre los estados financieros con las cifras de la declaración de rentas, los comprobantes de pago con los respectivos asientos contables y cruce con las cifras presentadas en la declaración de precios de transferencia.

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Asimismo, para los servicios intragrupo, el organismo pide el test de beneficio con toda la documentación que involucra probar que este ha generado un beneficio para el receptor del servicio. Finalmente, en las últimas revisiones, hemos observado un mayor número de reuniones solicitadas por los funcionarios de la Sunat para un “mejor entendimiento” de lo solicitado en los requerimientos de información, del negocio en general y/o de las transacciones bajo análisis.

Como se puede observar, no es menor la información que se solicita en procesos de fiscalización; por ello, pretender armar todo el soporte y cifras en tres meses (abril–junio) resulta insuficiente. En ese sentido, se sugiere contar con políticas claras y de conocimiento en todas las áreas de la compañía y/o grupo económico, establecer cronogramas de trabajo, alineados tanto a los de la autoría financiera como a las revisiones tributarias. También es importante mantener constante comunicación con las áreas core del negocio, con el fin de conocer los cambios e impactos que puedan tener en las operaciones intercompañía; así como los riesgos tributarios que puedan estarse asumiendo.