Corrupción, sicariato y desidia marcaron un año que será recordado por récords de violencia, escándalos sin castigo y un Gobierno desconectado de la realidad.  FOTOS: EDUARDO CAVERO
Corrupción, sicariato y desidia marcaron un año que será recordado por récords de violencia, escándalos sin castigo y un Gobierno desconectado de la realidad. FOTOS: EDUARDO CAVERO

Escribe: Omar Mariluz, director periodístico de Gestión